Con la llegada de los días de calor, el ventilador vuelve a ser uno de los aliados principales para refrescar los ambientes. Sin embargo, con el uso y el paso del tiempo, el polvo se acumula en las aspas y la rejilla, haciendo que el aire salga con menos fuerza y que el aparato enfríe mucho menos de lo esperado.

Por suerte, existe un truco simple y práctico que permite limpiarlo a fondo sin necesidad de abrirlo ni desarmar ninguna parte. Con pocos elementos y en cuestión de minutos, se puede mejorar su funcionamiento, lograr que mueva mejor el aire y alargar su vida útil, todo sin complicarse ni usar herramientas.

¿Cómo limpiar el ventilador para que enfríe mejor, sin sacarle las piezas?

Un truco casero que se volvió popular por su simpleza permite limpiar el ventilador en apenas 30 segundos y notar el cambio casi al instante. No hace falta desarmar el aparato ni tocar tornillos: alcanza con pasar un paño apenas húmedo con agua fría por la rejilla frontal para sacar esa capa de polvo que se pega con el uso diario y que hace que el aire salga más pesado y caliente.

Especialistas en ventilación doméstica explican que esa suciedad funciona como una barrera que absorbe calor y frena el movimiento del aire. Al limpiarla, el ventilador vuelve a trabajar con mayor fluidez y el chorro de aire se siente más parejo y fresco, incluso sin cambiar la velocidad o la posición del aparato.

Para potenciar el efecto, muchas personas suman un paso extra muy simple: pasar nuevamente el paño, pero bien frío o incluso envuelto en hielo, sobre la rejilla ya limpia. Este gesto enfría el metal y hace que, durante los primeros minutos de uso, el ventilador largue un aire notablemente más fresco sin tocar nada de su interior.

Otro tip útil es revisar la parte trasera del ventilador, que también suele acumular polvo y muchas veces queda olvidada. Con el mismo paño húmedo se puede limpiar esa zona y ayudar a que el motor respire mejor, evitando que se recaliente y mejorando el rendimiento general.

Además del truco principal, hay pequeños hábitos que suman mucho en los días de calor: colocar un recipiente con hielo o una botella congelada delante del flujo de aire para generar una sensación similar a la de un aire acondicionado casero, bajar cortinas o persianas en las horas de sol fuerte y evitar que muebles o paredes bloqueen la salida del aire.

Con estos gestos simples y rápidos, el ventilador puede rendir mucho mejor durante el verano. Sin gastar plata, sin desarmarlo y sin esfuerzo, se logra que enfríe más, funcione de manera más eficiente y haga el calor un poco más llevadero.