Fue lanzada en 190 países y en Argentina estuvo en el top 10 durante 15 días. “Es un montón” comentó a DIARIO DE CUYO Marcos Sacchetti, uno de los productores de “ARA San Juan: El submarino que desapareció”, la serie documental estrenada hace un mes en Netflix. La producción aborda con testimonios y material fílmico de gran valor, los hechos que van desde que el 15 de noviembre de 2017 la nave perdió comunicación con la base hasta que fue hallada destruida un año después a 907 metros de profundidad del mar Argentino. Sacchetti desarrolló la idea del proyecto y produjo la serie junto a Cactus Cine (de Nicolás y Sebastián Carreras).

La temática convoca y su actualidad todavía más, porque aun cuando hayan pasado más de seis años desde el hecho que conmocionó al país y al mundo (porque fueron decenas de países los que intervinieron en la búsqueda de la nave), sigue sin conocerse la causa de la tragedia. Cómo convencieron a Netflix para que se involucrara, por qué eligieron contar la historia y qué escollos encontraron, son algunas de las cosas de las que habló Sacchetti con este diario.

-¿Por qué decidieron filmar sobre el ARA?

-Había hecho un documental en 2012 sobre el ARA San Juan porque de casualidad fui a hacer otros trabajos al astillero Tandanor (NdR: parte del Complejo Industrial Naval Argentino, ubicado en el puerto de Buenos Aires) y recorriendo el lugar vimos que sostenido sobre unos andamios enormes estaba el ARA San Juan, lo estaban reparando y empezamos a pedir las autorizaciones para registrar lo que estaba pasando ahí: era la reparación de un submarino, ya es raro ver un submarino y más si está colgado sobre andamios.

-Y cuando supieron que había desaparecido, ¿qué les pasó?
-Nos quedamos impactados. Particularmente yo, me quedé pensando, por un lado, en las personas que estaban en el submarino y en las familias y por otro en las personas que habían trabajado en el submarino, los había conocido a todos y sabía el empeño que habían puesto todos, era como su obra faraónica. Pensé, “esto hay que seguirlo” y empecé a juntar información, hacer una investigación profunda con un equipo de trabajo. El primer proyecto de esta serie documental lo hicimos a la semana que se dio la noticia de que había perdido comunicación el submarino.

-¿Les costó acceder a la información de la causa?

-Como documentalistas somos bastante seguidores de la información, como periodistas de la vieja usanza, somos mucho del papel, el teléfono, del cara a cara, hemos hablado con todo el mundo, cuando vas a la fuente se te abren más las puertas. Para la investigación fue muy importante la existencia de la Comisión bicameral, que permitió acceder a testimonios que de otra manera no hubiésemos tenido de primera mano. Algunos familiares se pusieron como la cara visible de un grupo enorme que obviamente no tenían una organización, tenían como objetivo saber qué estaba pasando con el submarino, dónde estaban sus familiares. Todas las personas vinculadas de alguna manera a la desaparición del submarino, de la cadena de mando, pasaron por la comisión y eso nos ayudó mucho a recopilar opiniones y a después entrevistarlos. Hay un trabajo de recopilación enorme y de visualización de archivos. Solamente lo de la Comisión bicameral fueron 100 horas de testimonios que tuvimos que visualizar y no solamente una vez, sino un montón.

-Una vez iniciado el proyecto ¿ya pensaban dónde lo querían lanzar?

-Queríamos hacer un proyecto de calidad internacional, eso es lo que tiene el documental. En principio estuvo pensado para Discovery, a Netflix no llega de casualidad, como tres años atrás ya habíamos hablado con ellos, estaban haciendo una reestructuración interna y nos dijeron “no, en este momento no necesitamos una serie así”, cuando la teníamos más armada volvimos a hablar, porque les habíamos dicho qué tipo de proyecto haríamos y a qué personas buscaríamos, y cuando se lo volvimos a mostrar bastante avanzado en la realización les dijimos que todo lo que les habíamos planteado lo habíamos hecho. Fue un proyecto muy pensado para un público internacional, porque el tema resonó muchísimo en el exterior.

-Y ya lanzado, ¿cómo funcionó el documental serie?

-Fue un lanzamiento internacional, se lanzó en 190 países y a un público de 260 millones de personas. Compitiendo con lanzamientos de ficción permanentemente en Argentina, estuvo en el top 1 del ranking durante 5 días y en el top 10 durante 15, que es un montón. En España estuvo en el top 10, en Uruguay también estuvo en el 1 y en el top 10, en Chile , Paraguay, Venezuela también estuvo entre lo más visto.

-¿Qué dijeron los familiares de la serie?

-Antes de que se estrenara hicimos una presentación en Mar del Plata y en Jujuy. Nos juntamos con los familiares, con hijos, con esposas, con padres, y les presentamos la serie a ellos. Eso fue algo que como documentalista no había vivido. Porque encontrarse con el público es algo intenso, pero encontrarse con los familiares de un hecho tan dramático de la Argentina nunca me había pasado y es algo totalmente inolvidable. Una experiencia muy fuerte y espectacular también la devolución que nos hicieron. Pensá que hace más de seis años que se hundió el submarino y todavía la causa no tiene ningún resultado, la causa está prácticamente paralizada, y los familiares no saben qué es lo que pasó. La justicia no se expidió. Es lo que de alguna manera dispara el documental y ojalá sirva. 

 -¿El tema los sigue atravesando, después de tantos años, o después del lanzamiento lo dejaron ir?

-No, para mí es un tema que tiene mucha tela para cortar. No siento que me haya abandonado, sí siento que es un gran alivio, como que diste a luz algo, y está espectacular que la gente se interese en verlo. Hay algo que está pasando es que la gente hable el documental y le recomiende a otro verlo. Netflix no hizo publicidad en la calle ni toda la publicidad que hace con una ficción, hay algo orgánico que pasó, que la gente lo ve y lo recomienda. Eso nos da mucha satisfacción. Y recibimos muchos mensajes de distintas partes del mundo, una persona muy importante de los medios de Estados Unidos nos dijo “me hicieron el fin de semana”; la Armada de Estados Unidos lo recomendó, es una cosa insólita. Creo que se consiguió poder contar bien una historia, ponerse en el rol del espectador y si algo no funciona, se hace de nuevo. Como productor y que hice un montón de series, veo esta y no me cansa, me sigo emocionando, se puede empatizar con el contenido y lo que le pasa a las familias.