El Moulin Rouge, símbolo emblemático de París, amaneció este jueves sin aspas por primera vez en 135 años, después de que se derrumbaran de madrugada sobre el bulevar de Clichy, en pleno corazón del barrio de Montmartre. Se sospecha que el incidente se produjo a causa de una rotura en el eje que las sostiene.

Aunque aún se desconocen las causas del incidente, el director del Moulin Rouge, Jean-Victor Clerico, dijo que no había indicios de “sabotaje”´. Al parecer se trató de un problema “técnico”.

El hecho se registró a tres meses de que la capital francesa reciba a los Juegos Olímpicos y millones de visitantes.

La ministra francesa de la Cultura, Rachida Dati, expresó su “emoción particular para el mundo del espectáculo y para todos los enamorados de París”. A su vez, la alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo, dijo “esperar” que la estructura estaría reparada antes de los Juegos Olímpicos, que se celebrarán en la capital francesa del 26 de julio al 11 de agosto.

Cómo fue la caída de las aspas del cabaret Moulin Rouge

La caída de las aspas en bloque ocurrió poco antes de las dos de la madrugada y no dejó heridos porque había poca gente por la calle. El último espectáculo del cabaré había terminado apenas media hora antes de que se produjesen los hechos, dijo Clerico.

Los bomberos llegaron hacia las 2.45 y establecieron un perímetro de seguridad en torno al edificio, en previsión de la posible caída de más elementos o materiales.

Además de las aspas, se cayeron las letras ‘M’,’O’ y ‘U’ del cartel luminoso.

“Mucha conmoción, mucha pena también, mucho apoyo de los residentes, de los residentes locales, mucho apoyo de todo el mundo”, expresó Clerico.

El edificio es icono de la ‘Belle époque’ (1871-1914) y uno de los mayores símbolos de París.

Qué es el Moulin Rouge

El Moulin Rouge cumplirá 135 años el 6 de octubre. Está situado a los pies de la turística colina de Montmartre, en el norte de París, y en el corazón del animado barrio de Pigalle.

Fue el 6 de octubre de 1889 cuando el local se inauguró e iluminó por primera vez las aspas del molino rojo que identifica a este cabaret, símbolo de la noche parisina e inspiración de novelas, películas y obras de teatro.

Una gigantesca pista de baile, espejos por todas partes y un jardín fueron algunos de los atractivos que cautivaron a una burguesía desatada en un momento en el que la cultura popular experimentaba su auge, con la guerra franco-prusiana a las espaldas (1871) y lejos aún del impacto de la Primera Guerra Mundial.

“Despreocupación”, “ligereza” y “alegría de vivir” son las palabras con las que este recinto describe ese periodo de seducción artística, con una programación inspirada en el circo, el baile del Cancán o incluso con un desfile de Cleopatra desnuda.