El vocero presidencial, Manuel Adorni, rompió el silencio oficial en una breve conferencia de prensa exprés, donde vinculó la filtración de los audios que comprometen a Karina Milei con el escenario electoral. “No es casualidad que estos audios (…) salgan a la luz a dos semanas de las elecciones en la provincia de Buenos Aires”, afirmó, reclamando además que “la Justicia actúe con independencia”.

Adorni detalló que el gobierno respondió con rapidez a la situación: se activó una auditoría interna en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), se designó un interventor y se removió al entonces titular, quien además está siendo investigado judicialmente.

Consciente del impacto político de las filtraciones, definió los audios como una “operación mediática” e instaló una narrativa de victimización política. “Argentina volvió a tener un año electoral y volvieron a aparecer los ataques violentos, los paros extorsivos, las leyes sin financiamiento y las operaciones mediáticas”, sostuvo.

El silencio sobre el contenido de los audios —que involucran a Karina Milei, Eduardo “Lule” Menem y presuntos sobornos en ANDIS por contratos de medicamentos— fue notable. La hermana del presidente aún no se pronunció públicamente, mientras la investigación judicial avanza con allanamientos, denuncias formales y fuertes repercusiones políticas.

Analistas advierten que esta estrategia de contención política —apoyada en el silencio institucional y la apelación a la Justicia— puede tener un costo: la falta de respuesta pública podría interpretarse como complicidad o falta de transparencia, especialmente en semanas decisivas para el oficialismo.