Desde las 5 de la mañana hora de Argentina de este sábado 26 de abril en la plaza de San Pedro, ante unos 50 jefes de Estado y una multitud de fieles de todo el mundo, comenzó a cerrarse una era histórica para la Iglesia Católica y para la Argentina en particular: el cierre formal del papado de Francisco, el jesuita argentino y primer papa latinoamericano de la historia.

Tras recibir un baño de multitudes durante los tres días de capilla ardiente, el féretro con el cuerpo del papa Francisco fue cerrado en un ritual reservado y se disponía anoche a dar inicio a un funeral sin precedentes por el operativo desplegado por el Gobierno de Italia para resguardar la seguridad de los presidentes y jefes de Estado que se dieron cita en Roma para darle su último adiós a Francisco. No es un funeral más, ya que el día de la partida definitiva hacia la Casa del Señor, el papa que clamó por la paz mundial durante sus 12 años de pontificado, se encaminaba a despedirse con el milagro del fin de la guerra en Ucrania. Al menos eso dejó trascender anoche el presidente de los EEUU, Donald Trump en medio de las negociaciones del alto rango que se desarrollan en París y Londres.

El cierre del ataúd en la basílica de San Pedro es el paso anterior al entierro y el cierre formal del papado. Por elección del propio Jorge Bergoglio, se trató de un rito más ágil tras elegir que se cancelara la costumbre de los tres ataúdes.

Adiós. En una ceremonia reservadas para pocos, cerraron el ataúd de Francisco.

En el caso de los Papas anteriores, el proceso exigía que uno de los féretros, el de madera de ciprés, fuera atado con cintas rojas a las que se les imprimía los sellos de la Cámara Apostólica, de la Prefectura, de las Celebraciones y del Capítulo Vaticano.

Esta ocasión, contó con la dirección de Kevin Farrell y la lectura del acta de monseñor Diego Ravelli, maestro de las Celebraciones Litúrgicas. Ese documento fue colocado en el féretro al final de la celebración, que se extendió una hora entre las 20 y 21 horas del Vaticano.

En el ataúd se colocó una “bolsa con 12 monedas” acuñadas durante el pontificado, medallas de plata y de bronce que simbolizan los años de servicio. En el féretro se colocó también el ‘rogito’ un tubo metálico que contiene el acta, redactada por el maestro de ceremonias, que narra la vida del Papa.

El rito. Ceremonia de la colocación del velo blanco sobre el rostro del papa.

 

Otro paso. Tras la puesta del velo se bendice el cuerpo recibe por última vez.

 

Por último. Se coloca una cobertura con la cruz, el escudo papal y una placa

Antes del cierre del ataúd se concretó la ceremonia de la colocación de un velo blanco sobre el rostro del sumo pontífice. Además, se dispuso la cobertura del féretro, que cuenta con una cruz, el escudo papal y una placa con tres informaciones trascendentes: su nombre como Papa, su vida terrenal y la extensión de su papado (lo que se conoce como ministerio petrino).

A lo largo de toda la noche, se dispuso la custodia del féretro a través de oraciones y una vigilia.

El mundo despedirá al papa Francisco con el funeral de Estado que se llevará a cabo en el Vaticano. Comenzará a las 10 de la mañana de Roma, las 5 en la Argentina. En la Plaza de San Pedro se congregarán más de 150 delegaciones de todo el mundo, con la presencia de líderes como Donald Trump, Luiz Inácio Lula da Silva, Emmanuel Macron y Georgia Meloni.

El féretro cerrado será llevado desde el interior de la Basílica a la plaza de San Pedro en una procesión a paso de hombre. Allí será ubicado, y sobre el féretro se colocará el Evangelio. Los cardenales vestirán con la mitra de damasco blanco. Los arzobispos y obispos, con el amito, cíngulo y mitra blanca. En la oración de liturgia, tal como lo dispuso Bergoglio, se usará sólo la denominación de papa Francisco para referirse al papa fallecido.

Dónde dormía Francisco. Es una habitación sencilla sin mobiliario especial.

> Esta es la habitación donde murió el Papa

El papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril, decidió vivir hasta sus últimos días, y durante 12 años, en la habitación 201 de la Casa Santa Marta en Roma, Italia. Es la misma donde se alojo cuando viajó en 2013 para el cónclave.

En lugar del Palacio Apostólico con sus salones dorados, Francisco optó por un cuarto sencillo, sin más que una cama individual, un crucifijo y una lámpara de lectura. Este lugar fue su casa cuando apenas había comenzado su pontificado en 2013 y fue por una definición política y espiritual, ya que “necesitaba vivir cerca de la gente”, explicó su colaborador cercano, Monseñor Guillermo Karcher.

La habitación no tenía balcones ni vistas privilegiadas. Tampoco contenía elementos de diseño o mobiliario especial.

El Sumo Pontífice era un hombre sencillo que desayunaba un yogur descremado y café, y compartía el comedor con sacerdotes, trabajadores y empleados vaticanos. Su rutina comenzaba a las 4:45 de la mañana con oraciones y misa matutina. Luego, leía los diarios impresos, escuchaba tangos de Gardel y evitaba conectarse a internet.