El Gobierno dispuso la eliminación de las retenciones a todos los granos hasta el 31 de octubre, con el objetivo de incentivar la liquidación de divisas y aumentar la oferta de dólares en el mercado. El Gobierno también eliminará las retenciones para la carne avícola y bovina.
“La vieja política busca generar incertidumbre para boicotear el programa de gobierno. Al hacerlo castigan a los argentinos: no lo vamos a permitir”, afirmó el vocero presidencial, Manuel Adorni en un post.
La medida regirá de manera excepcional durante poco más de un mes y alcanza a todos los cultivos. Según explicó el funcionario, la decisión busca acelerar el ingreso de divisas en un contexto en el que el Ejecutivo procura sostener el programa económico y dar previsibilidad al mercado cambiario.
Con esta resolución, el Gobierno intenta reforzar la posición de reservas del Banco Central y brindar una señal al sector agroexportador para que acelere las operaciones de venta al exterior.
La medida alcanza a todos los cereales y las oleaginosas y se aplica hasta que se llegue a un valor liquidado de US$ 7.000 millones.
Según estimaciones del sector, el stock disponible en granos tiene un valor aproximado de US$ 10.000 millones. El gobierno busca que buena parte de esos granos guardados por los productores en las próximas seis semanas.
‘Apoyamos toda medida que implique eliminar las retenciones aunque sean temporales. Falta ver los detalles de la forma de operar y cuando se hará operativo’, expresó el presidente de CIARA-CEC, Gustavo Idigoras.
El costo fiscal de la eliminación temporaria de las retenciones para el complejo oleaginoso y cerealero hasta el 31 de octubre de 2025, alcanzaría los US$1.000 millones con una pérdida de recaudación que equivale a casi la mitad del superávit previsto para este año, según calculó en un informe el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).
El reporte estimó que la medida anunciada este lunes por el Gobierno nacional tendría “un costo fiscal directo imputable al año 2025 de 0,15% del PBI (aproximadamente US$1.000 millones) y el neto de recaudación del impuesto a las ganancias de 0,14% del PBI”.
En este sentido, expuso que “la pérdida de recaudación sería equivalente al 46% del superávit fiscal que surge del Presupuesto 2026 de 0,3% del PBI”, lo que comprometería su cumplimiento, especialmente teniendo en cuenta el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con la estimación del valor posible de los stocks con los que cuentan los sectores productores de soja y maíz, el IARAF planteó tres escenarios posibles: 40% de liquidación del stock de maíz y 100% del stock de soja, 60% de maíz y 90% de soja, 80% del stock de maíz y 80% del de soja.
El estudio reflejó que “dadas las alícuotas vigentes y las nulas dispuestas, la pérdida de recaudación directa (costo fiscal) de esta medida va desde US$1.460 millones hasta los US$1.600 millones, dependiendo del mix de liquidación que termine ocurriendo” y precisó que “en términos del PBI, el costo directo va desde 0,25% del PBI hasta 0,28% del PBI”.
Desde la Sociedad Rural Argentina (SRA), presidida por Nicolás Pino, apoyan la medida pero señalaron que los productores necesitan “reglas claras y estables que nos den seguridad jurídica para invertir, trabajar y generar desarrollo en todo el país”.
- No es la primera vez
No es la primera vez que el Gobierno implementa bajas de este tipo. A inicios de 2025, redujo en un 20% las retenciones hasta fines de junio y eliminó el gravamen para las economías regionales, con el objetivo de estimular la liquidación de divisas.

