Alumnos de una escuela de Ingeniero Maschwitz planificaron por WhatsApp realizar una masacre y hay temor entre la comunidad educativa frente al conocimiento de los crudos mensajes enviados en el grupo. El plan era “Asesinar a quien toque”.
Todo quedó al descubierto el miércoles por el miedo de uno de los propios integrantes del grupo cuando alertó a sus papás y contó que habían creado un chat en WhatsApp para coordinar un “tiroteo escolar” en la Escuela de Educación Media N°4 de Ingeniero Maschwitz, en la localidad bonaerense de Escobar. Ante la denuncia, intervino la Justicia que ordenó una serie de allanamientos, la restricción de acercamiento de los niños al colegio y a sus compañeros.
Según la investigación de la Justicia, el grupo estaba integrado por chicos y chicas “menores de 16 años”. Lo cierto es que, según detalló la Dirección General de Educación en un comunicado, los chicos tienen 13 años y son alumnos de 2° año. Sus identidades se mantienen a resguardo para garantizar su seguridad.
Una chica creó el grupo, en el que había al menos 8 integrantes de los que intervinieron cinco. La administradora del grupo “guiaba el plan” y sus compañeros le hacían preguntas vinculadas a la idea, a las armas y hasta a la forma de ejecución.
“Después de que matemos a los demás hacemos un recorrido por la escuela para ver si quedó alguien con vida”, dice uno de los mensajes enviados al grupo de la aplicación de mensajería instantánea. En el chat los estudiantes manifestaron que asesinarán a “quien toque”.
Las capturas de pantalla se difundieron entre los grupos de padres que fueron alertados de la situación. Y quedaron en manos de la Policía Bonaerense que dio intervención al Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil.
El grupo habría empezado a funcionar hacía tres semanas, pero la planificación del ataque habría escalado hasta el punto en el que los chicos se asustaron y le contaron la situación a sus padres.
“Bien la cosa es así… Vamos a entrar por la entrada principal como siempre y luego irán dos arriba y dos abajo… Acá no es que ustedes elijan a quien mierda le van a disparar ustedes persona que ven persona a la que le disparan sin importar el que le que toca. Toca. Okey. No quiero que se arrepientan a último momento”, escribió la administradora en uno de los mensajes.
Además, los presionaba para que accedieran a participar: “Si es así Créanme que no me gusta gastar mi tiempo por lo cual si se arrepienten a último momento ya sea estando en la escuela lo siento mucho pero los disparos no serán solo para los estudiantes sino que para el que se arrepiente también”.
“Después de que matemos a los demás hacemos un recorrido por la escuela para ver si quedó alguien con vida”, comentó en otro. “Quiero agarrar a un estudiante, obligarlo a que abra la boca, para, después dispararle”, describió junto a emojis y stickers.
“Quiero ver las armas para saber”, escribió otro de los integrantes del grupo que además explicaba cómo funcionaban y describía las características de cada uno de los modelos de armas.
Autoridades del colegio indicaron que ya estaban interviniendo “con uno de los involucrados desde el año pasado” a propósito de conflictos y situaciones de violencia.
Otra alumna también comentaba que era “amante de los tiroteos escolares”, mientras también se aportaba información sobre cómo usar algunas armas. “La Uzi calibre .22, es corta y entra en la mochila. Hay que disparar en forma de ráfaga”, describieron. También hablaban de la posibilidad de “sacar armas” de una “comisaría” cercana a la escuela.
A partir de esta filtración, padres y autoridades del colegio radicaron la denuncia en la comisaría 2da. de Escobar. La Policía secuestró computadoras portátiles y teléfonos celulares de cuatro de los jóvenes.
“Estamos investigando desde el miércoles, ayer se hicieron allanamientos. Armas no encontramos, pero sí celulares. Son cuatro menores no punibles, pero no descartamos una persona más”, señaló Fernando Reinas, fiscal del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de Zárate-Campana, a cargo de la causa.
> La masacre de Junior
El 28 de septiembre de 2004, un chico de 15 años llamado Rafael Solich (apodado Junior por su amor a Boca) asesinó a balazos a tres compañeros e hirió a 5 en una escuela de Carmen de Patagones. Fue declarado inimputable y desde entonces vive con tratamiento psiquiátrico.
> Clases en la casa como único castigo
Los chats dan cuenta lo avanzado que estaba el plan y aportan detalles sobre las armas que tenían en mente los chicos utilizar: “La MP5 sirve para media y corta. La block de corta y un poco media y la UZI 22 es corta”, dice uno de los mensajes enviados en relación a las armas. “Es un tiroteo, no es ir y matar a quien vos quieras. Es ir y con las armas disparar para todos lados siempre y cuando le den al objetivo. ¿Se entiende?”, señala otro de los adolescentes. “Lo que vamos a hacer básicamente es un tiroteo escolar, pero la cosa es que yo ya tengo las armas. Mi padrastro tiene”, expresa otro mensaje.
Tras la denuncia, los menores que planificaban el ataque fueron desafectados del colegio y pese a la medida tomada por las autoridades, los padres de otros alumnos todavía continúan aterrorizados.
En este sentido, la causa fue caratulada como “intimidación pública” pero los acusados, al ser inimputables, solo se determinó que no vayan más a dicho colegio y que estudien de manera remota por cuatro meses. Esto es rechazado por alumnos y padres que exigen que los violentos sean expulsados.
Janette, una madre que ayer participó de la protesta frente al colegio, criticó la reacción de las autoridades escolares. “Cuando fuimos a la reunión, la directora no habló. Los directivos nos dijeron que los chicos ven mucho Netflix, como minimizando todo. Que no se encontraron armas, que los chicos lo dijeron como una broma. Pero después nos enteramos de algo más: que hace unas semanas una alumna apuñaló a un compañero con un cuchillo dentro de la escuela y que lo solucionaron cambiándola de turno”.

