La Confederación General del Trabajo (CGT) se encuentra ante una disyuntiva trascendental: decidir si acepta o no formar parte del Consejo de Mayo, el espacio multisectorial que convocó el presidente Javier Milei para debatir una posible reforma laboral. La cita es el martes próximo en Casa Rosada, pero la central obrera debatirá este lunes si finalmente se sienta en esa mesa.
El Gobierno incluyó a Gerardo Martínez, dirigente de la UOCRA y actual secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, como uno de los representantes del sindicalismo. Sin embargo, el propio Martínez aclaró que no hubo una invitación formal y que no tomará una decisión sin antes consultar con la conducción de la central. “Se necesita el aval de una parte importante de la CGT”, declaró.
La situación es compleja por las internas que atraviesa la central obrera. Mientras un sector más dialoguista —con mayoría en la mesa chica— estaría dispuesto a sentarse a debatir, otros espacios más duros o cercanos al kirchnerismo se oponen de plano a cualquier acercamiento al Gobierno libertario.
La participación en el Consejo de Mayo podría ser vista como una claudicación, sobre todo mientras se mantienen el ajuste, el congelamiento de paritarias y nuevas reglamentaciones al derecho de huelga. Pero también, quedarse afuera implicaría dejar el terreno libre para que el oficialismo avance con su agenda sin la mirada del sindicalismo.
Desde la Casa Rosada aseguran que el Consejo buscará consensuar reformas “modernizadoras” que después se discutirán en el Congreso. La mesa será presidida por el jefe de Gabinete Guillermo Francos, y participarán ministros como Luis Caputo y Federico Sturzenegger, junto a empresarios, gobernadores y legisladores.
Martínez, fortalecido luego de su exposición en la OIT y premiado recientemente por la OEI en Madrid, reconoció que el diálogo con el Gobierno “es un desafío”. Incluso mantiene conversaciones con el nuevo titular de la UIA, Martín Rappallini, con quien busca consensuar una agenda común que no atente contra los derechos laborales.
En paralelo, la decisión de la CGT se dará en un clima de creciente agitación sindical. Este miércoles, el flamante Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo Digno y los Salarios Justos encabezará una marcha contra el plan de desregulación de Sturzenegger, quien también participará del Consejo de Mayo.
La CGT, entonces, deberá decidir entre dos caminos: negociar desde adentro para intentar frenar o moderar una reforma que considera perjudicial, o rechazar el convite y exponerse a quedar marginada de un debate clave para el futuro de los trabajadores. La respuesta, aseguran, se conocerá el lunes.