Señor director:

Quizás sean pocos los que recuerden lo que sucedió aquel 19 de mayo de 1986. Ese día, se frustraba un atentado contra el presidente argentino Raúl Alfonsín. Esa jornada, el Presidente visitaría antes del mediodía la base aérea de Córdoba. Alrededor de las 11, en una nueva inspección de rutina, el cabo Miguel Arce descubrió en una alcantarilla por la que debería pasar el automóvil presidencial un mortero calibre 120 milímetros que en su interior lleva 2,5 kilos de TNT y a sus costados dos panes de trotyl de 450 gramos cada uno, lo que aumentaba su poder destructivo. El sólo contacto con el vehículo la hubiera hecho estallar, y nada se hubiera salvado a unos 150 metros a la redonda. Nunca se supo quién colocó allí el artefacto.