Los animales tienen mucha formas de comunicarse con los humanos, aunque muchas veces no nos percatemos del movimiento de sus ojos, sus ladridos, sus cantos, su forma de volar y moverse. Si los observamos con detenimiento podremos determinar qué tan felices son y si están gozando de la libertad que se merecen. De la misma manera que saben expresarse cuando son víctimas de los maltratos que personas poco piadosas suelen proferirles sin ningún tipo de contemplación.
A Dios gracia que existe mucha gente que todavía se preocupa por los animales en general y que sale a defenderlos en todas las ocasiones posibles. Es la gente que representa a distintas instituciones de nuestro medio y a la que a DIARIO DE CUYO le otorga siempre la posibilidad de expresarse a favor de los animales, difundiendo campañas de protección o denunciando cuando alguien ejerce un mal trato a algunos de los ejemplares ya sean domésticos o de la fauna autóctona.
En nombre de todos esos animales que son utilizados con fines indebidos o a los que no se los deja habitar libremente en su ambiente natural quiero agradecer a toda la gente que hace sus mejores esfuerzos para protegerlos y tratar de que vuelvan a sus condiciones normales.
Uno de los casos que más nos preocupan es el uso que se hace del caballo, que desde hace un tiempo a esta parte se utiliza como un objeto de diversión. La realización de las domas y jineteadas es una de las más perversas prácticas a que se somete a los caballos, muchas veces sin saber el sufrimiento al que se los someten. Lo malo es cuando está el interés económico de por medio y hay diversas instituciones que apoyan sin saber el sometimiento que se está realizando.
Nuestra esperanza es que todo esto cambie en algún momento y que se termine de una vez el sufrimiento al que se someten los animales de diversas maneras y sin ninguna contemplación.
Por Leopoldo Mazuelos-Corts
DNI 5.543.908
