Señor director:
Rafa Nadal logró hace dos meses su décimo título en Roland Garros, una gesta deportiva que le coloca entre las leyendas del deporte mundial. Empieza un nuevo torneo como número uno del ranking mundial. Y es que Nadal no es solo un ejemplo por la cantidad de títulos que gana, lo es también, y sobre todo, por su calidad humana. Por encarnar desde la sencillez y la humildad al deportista que todos los niños quieren ser, en tiempos en los que escasean los referentes sólidos. Por huir de la banalidad y el foco frívolo para centrarse en su vida pública y privada, sin utilizar más recursos que los de su enorme talento para el tenis. Por tener, además de talento innato, afán constante de perseverancia y de superación. Por saber levantarse después de haber caído y volver a lo más alto, tras pasar un año lesionado, casi en blanco. Todo un ejemplo de deportista.
