Estados Unidos concede el visado de trabajo O-1 a quienes poseen "habilidades extraordinarias'' en ciertos campos. Las del italiano Renato Viola reside en la pizza. Así se lo reconoció el país donde se asentó y desde donde ha extendido sus negocios, además de en Miami (Estados Unidos), en Nápoles (Italia) y Madrid (España). Dispuesto a seguir el sueño americano, se instaló en Miami y en ocho meses consiguió esa visa gracias a sus pizzas, cuyo secreto está en una masa fina y crujiente con una selección de harinas creada por él y preparadas en un molino italiano. Además, de utilizar "ingredientes frescos y de primera calidad'', que van desde la tradicional mozzarella de búfala hasta café molido.


Otro de sus secretos es la fermentación de la masa, entre 72 y 96 horas, que la hace "muy ligera y más digestiva'', y haber conseguido "regularidad'' en todos sus restaurantes. Sólo entre los tres restaurantes que tiene en Miami con el nombre de "Mister O1 Extraordinary Pizza'', vende una media de 1.300 pizzas diarias, horneadas entre 3 y 4 minutos a 320 grados en hornos eléctricos. Entre las preferidas están las "stars'', en forma de estrella de ocho puntas rellenas de queso riccotta, con cuatro variedades distintas e ingredientes que van desde las verduras al salamin picante o el salmón.


Formado en la escuela italiana, quiso llevar a Estados Unidos "pizzas un poco gourmet'' y con ellas consiguió el visado que, entre otros, se concede a los premios Nobel extranjeros que quieren instalarse en el país. "Compran talento, en mi caso talento pizzero, pero también de deportistas, de científicos, de médicos... Son muy inteligentes en eso''. Asegura que no hay ingredientes que no le quepan a la pizza,


incluida la piña. Por eso se atreve con las pizzas dulces - de Nutella y calzone de Nutella y plátano - y con combinaciones como la de la Coffee Paolo: salsa de tomate italiana, mozzarella fior di latte, gorgonzola, miel, café molido, salami picante y albahaca. "Ésa la soñé. Sueño con pizzas, trabajo hasta cuando duermo porque este mundo necesita mucha dedicación.


Las pizzas más caras no llegan a los 14 euros. Sin embargo, también es el autor de la más cara del mundo. Una que diseñó a pedido de un cliente para un aniversario de boda, a 8.300 euros. Con varios tipos de caviar, langosta roja, langostinos del Cilento (sur de Italia) y una rara y escasa sal rosa australiana. No obstante, su pizza más cotizada es la que le ha valido la visa de trabajo O-1. 


Por Pilar Salas
Agencia EFE, Madrid


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Renato Viola logró la visa en Estados Unidos gracias a sus pizzas.