Señor director:
Tal y como cabía esperar, la respuesta de la Iglesia católica ante el informe de Pensilvania sobre el abuso sexual a un millar de menores por parte de sacerdotes ha sido dura y enérgica, a pesar de ser un hecho pasado y fuera de contexto. No obstante, lo más importante es que, efectivamente, se cumpla lo que el comunicado del Vaticano expresa. Esto es, que se establezca un sistema estructurado para proteger a los niños de los depredadores sexuales en la Iglesia y de todos aquellos que se vean tentados a protegerlos. Ciertamente que no se puede ni se debe repetir algo tan terrible y vergonzante.
Jaime C. Díaz DNI 37.948.551