La situación real de Argentina requiere de trabajadores para su sostenimiento y construcción, no de especuladores oportunistas que a la vanguardia de quejosos discursos no aportan ni un ápice de proyectos. Solo críticas se escuchan desde sus cómodos puestos y se proclaman desde ideologías que vaya a saber de sus pretensiones y que no son ni constituyen las críticas del pueblo mismo, las que si merecen ser escuchadas. Es que Argentina desde la década del ochenta transita por un bienestar "a costa de'' ¿de quiénes?, a costa del pueblo y de parte de funcionarios y políticos que de un lado o del otro "hacen polítiquería''; pero no construyen para el trabajo y el sacrificio de ponerle el hombro al compromiso social. Se esperan inversiones desde afuera, pero no se invierte desde adentro. Crece la masa del sustento público para el empleo, disminuyen los emprendimientos para el trabajo. Se quiere presentar que se está contra una ideología, pero en el fondo es una lucha de poder, el poder de llegar a ser, de llegar a ser gobernantes, pero no de llegar a ser argentinos. Es una presentación tal que procura instalar la pérdida de una identidad que en democracia se va dilatando con la no participación, con la indiferencia. La situación de Nuestro País no da para más; la venimos remando desde el Estado. ¿Hasta cuándo? Siempre los mismos políticos, las mismas escenas económicas. Hay que bajar de una vez por todas los gastos públicos superfluos, pues, tenemos un déficit, y como tal, pedimos y contraemos deuda. Si nos empeñamos, nos volvemos frágiles, no podemos seguir pagando y pagando beneficios a todos. Listo, no hay mas plata, pero debe haber trabajo. ¿Es que acaso nos olvidamos de como se reconstruyó el mundo luego de dos guerras mundiales? Eduquemos a todo un pueblo, démosle herramientas, vayamos a proponer, presentemos vías de solución, no palos y palos. La ecuación no es difícil, se terminó el dinero y a generarlo. Molesta esto, por supuesto pero hay que generar y producir. No se puede seguir gastándolo todo. Nos vamos a desintegrar chocando contra el piso antes que nos impacte un meteorito; somos impresentables ante los Estados extranjeros.


¿Queremos salir a flote? Entonces, políticos argentinos, a trabajar. Hay que patear mucho barro ¿saben? ¡basta de comodidad!


Por Mario Daniel Correa D'Amico
Filósofo y pedagogo - Profesional de la Educación con doctorado y especialización en el Área.