Señor director:


El 18 de octubre Europa celebraba el Día contra la Trata de Seres Humanos, una jornada de sensibilización para que las sociedades europeas tomen conciencia de la gravedad de un delito que vulnera los derechos humanos más elementales y afecta a millones de mujeres, hombres y niños. La Trata no es algo que acontece en lugares alejados, pobres y subdesarrollados. En Europa viven miles de personas que han sido captadas bajo coacción y obligadas a ejercer actividades en régimen de semiesclavitud o esclavitud. El ser humano se ha convertido en un recurso económico cuya explotación genera grandes sumas de dinero en una economía criminal que opera a escala global. Comprar y vender personas para ser explotadas con fines laborales o sexuales, o para aumentar los beneficios de la economía reproductiva, es hoy un negocio redondo que necesita clientes.