A partir del 10 de diciembre próximo debutará el nuevo sistema de unidades descentralizadas de gobierno en la ciudad autónoma de Buenos Aires, para el que el domingo último se eligieron los denominados comuneros. Con ellos se supone que el poder llegará a los barrios y con esto la posibilidad de que muchos de los problemas de los vecinos porteños encuentren una vía efectiva de solución.

Con la elección del jefe de gobierno porteño, el domingo pasado los electores tuvieron la posibilidad de elegir a 105 representantes de 15 comunas en las que está dividida la ciudad de Buenos Aires.

Estas comunas pasarán a reemplazar los Centros de Gestión y Participación Comunal, con una junta comunal que tendrá un mandato de cuatro años, con la posibilidad de que sus miembros sean reelectos nuevamente, con cuatro años de intervalo.

De acuerdo a lo previsto el presidente de los comuneros cobrará unos 8.200 pesos, y el resto de los integrantes, unos 7.100 pesos por mes, representando una erogación de 50.862 pesos por comuna. Las juntas comunales estarán integradas por siete miembros elegidos con el voto popular y mediante el sistema D"Hont, los que podrán reclamar ante el gobierno de la ciudad por problemas en la zona, controlar los servicios públicos que se prestan dentro de su territorio, mediar para resolver conflictos vecinales, y promover y asesorar a entidades vecinales.

Las juntas funcionarán como si se tratara de pequeñas legislaturas de barrio, con comuneros que intentarán convertirse en "’la voz y los ojos de los vecinos”.

El sistema de comuneros está previsto constitucionalmente y no había sido implementado hasta ahora, generando una demora en la aplicación de la norma que lo establece, por lo que era una deuda pendiente del sistema democrático con la sociedad. Por otra parte, este sistema es aplicable con exclusividad en la ciudad de Buenos Aires donde existe un gobierno autónomo, semejante a un gobierno provincial, y no hay departamentos o partidos, como ocurre en el resto de las provincias.

El objetivo de esta nueva figura dentro de la organización del gobierno porteño, apunta a una tarea alejada del vedettismo político como el que hay en el Congreso, dedicando los mejores esfuerzos a trabajar por los vecinos.

Entre las obligaciones establecidas para los comuneros se dice que están en condiciones específicamente de planificar, ejecutar y controlar el arreglo de veredas, baches, arbolado y luminarias, además del cuidado de plazas. Para estos objetivos entre las 15 comunas participantes de la experiencia se repartirán unos 1.200 millones de pesos en presupuesto.

A la luz de los resultados en las elecciones del domingo donde se impuso ampliamente el candidato del Pro, Mauricio Macri, quien lo mismo tendrá que enfrentar a Daniel Filmus en el balotaje para definir el triunfo, en 13 de las 15 comunas los candidatos del Pro ocuparán los primeros lugares de las juntas comunales.

Pero hay una especie de consenso entre todos los han logrado un lugar dentro de la flamante estructura de gobierno, y es la de trabajar en beneficio exclusivo de los vecinos, sin "chicanas" políticas, tratando de complementar ideas y no oponerse sin motivo y sin sentido, a las propuestas de los demás integrantes de las juntas, siempre que esas ideas sean beneficiosas para la comunidad.

Habrá que esperar para ver como funciona este nuevo esquema de gobierno, dentro del gobierno porteño. Entonces podremos determinar si da buenos resultados o si, simplemente, es otra forma de hacer más burocrático al gobierno, generando otra erogación de recursos y haciendo más lenta la toma de decisiones. También se corre el riesgo de estar politizando a la sociedad a un nivel más cercano al vecino de barrio.