El 29 de junio último se cumplieron 155 años de la inauguración del Colegio Preparatorio, hoy Colegio Nacional. Fue fundado por el gobernador Domingo F. Sarmiento, luego que la legislatura aprobara el proyecto de ley redactado por él mismo. En un gran acto organizado para la ocasión Sarmiento pronunció un discurso donde expuso sus ideas con respecto a la necesidad de la provincia de contar con un establecimiento de nivel secundario: "cábenos a nosotros, no lo olvidemos, después de tres siglos de existencia como sociedad, intentar el primer esfuerzo serio para establecer una casa de educación superior que prepare para las profesiones científicas o literarias".

Su intención era, entre otras: -Conseguir del Gobierno nacional su reconocimiento como colegio nacional. Decía el Prócer, "por eso me he propuesto seguir en él los cursos de la Universidad de Buenos Aires, en el mismo orden…, a fin de que esta identidad de enseñanza, prepare el camino…".

-Evitar que los jóvenes estudiantes sanjuaninos tuvieran que alejarse de sus hogares para estudiar en otras provincias.

-Incluir la enseñanza de las ciencias con el fin de aplicar esos conocimientos a la generación de riqueza. 

En ese sentido sostenía que "a fin de preparar (la juventud) por el conocimiento de la química, la mineralogía y la metalurgia, a la elaboración de los metales preciosos de que están cubiertas nuestras montañas, y que, explotados con inteligencia, pueden abrir a San Juan una nueva era de desarrollo"

-Fomentar la enseñanza igualitaria, dirigida a pobres y ricos.

El colegio se situó en un predio que ocupaba el antiguo hospicio de la Merced, en donde se encuentra actualmente.

Su primer director fue Pedro Álvarez y su plan de estudio incluía materias tanto humanísticas como latín, gramática,geografía e historia, como científicas, tales como cosmografía, matemática, mineralogía y metalurgia.

Sarmiento se preocupó especialmente de dotar al colegio de los elementos necesarios para su funcionamiento, como una biblioteca, a la que donó muchos libros y un laboratorio para práctica de Física, Química, Mineralogía y Metalurgia, pensado especialmente para el desarrollo minero.

Luego de la ceremonia inaugural, el ingeniero Ignacio Rickard realizó una demostración con los distintos aparatos del laboratorio.

Las gestiones para su nacionalización fueron complicadas y demorosas, pero finalmente el Gobierno nacional lo aprobó por decreto del 9 de diciembre de 1865.

El Gobernador concluyó su discurso con las siguientes palabras: "Tales son, señores, las ideas que me han impulsado a abrir esta casa de educación. Tenemos afortunadamente los profesores necesarios para dar principio a los estudios. Tenemos las rentas indispensables para este primer año; y en todos tiempos espero que tengamos los recursos que los padres de familia malbaratan, enviando a sus hijos a otras partes a mendigarlo que debieran procurarse en su propio país; conservándolos bajo la mirada paterna, que vivifica el corazón de los hijos, porque la moral no existe sin la familia, ni el patriotismo sin patria" OC Tomo XXI.