La Virgen de la Merced, llamada Generala del Ejército Argentino, tiene su templo en el centro de la capital sanjuanina, frente a la Plaza Aberastain.

En el año Belgraniano, y ante la difícil situación que atraviesa el país, hoy más que nunca sigue vivo el pensamiento y valores del creador de la bandera, un abogado que se hizo militar para luchar por la Libertad y la alfabetización de su pueblo. Hombre de fe, desobedeció al Gobierno central (Triunvirato), porque consideraba que era un puñado de hombres que no harían nada, excepto bregar por sus intereses personales, olvidándose del bien común. Por lo tanto comenzó a organizar su ejército, gente del pueblo, comerciantes, zapateros, panaderos, entre otros, que improvisaron armas con palos y cuchillos. Esto con el fin de combatir a los realistas, que los doblaban en número y capacidad armamentística y militar. 

La mañana del 24 de septiembre, día de los Festejos a la Virgen de las Mercedes, horas antes de que se desate la Batalla de Tucumán, Belgrano estuvo orando largo rato invocando a la virgen por la protección de sus tropas que obtuvieron un triunfo impensable, ante las desiguales condiciones de ambos ejércitos.

El historiador Manuel Lizondo Borda relata que ese día sucedió un hecho singular, al que calificó "como sobrenatural y que contribuyó a que las tropas enemigas se desbanden y entraren en pánico". Ráfagas de viento y una gran manga de langostas oscurecieron el cielo, fenómeno inesperado que, en la fe de las tropas revolucionarias se la atribuirán a la Virgen de las Mercedes.

Marcelino de la Rosa cuenta: "En momentos tan azarosos para los españoles vino a empeorar su angustiosa situación un terrible huracán. El ruido horrísono que hacía el viento en los bosques de la sierra y en los montes y árboles inmediatos, la densa nube de polvo y una manga de langostas, que arrastraba, cubriendo el cielo y oscureciendo el día, daban a la escena un aspecto terrorífico".

El 26 de septiembre, envía un parte al Gobierno y escribe: "Desde el último individuo del ejército hasta el de mayor graduación se han comportado con honor y valor. La patria puede gloriarse de la completa victoria que han obtenido sus armas el 24 del corriente, día de Nuestra Señora de las Mercedes, bajo cuya protección nos pusimos".

El 28 de septiembre, puso en manos de la imagen de la Virgen su bastón de mando durante una solemne procesión que terminó en el Campo de las Carreras, donde se había librado el enfrentamiento, nombrándola Generala del Ejército Argentino y humildemente confesaba "A María y no a él debe reconocerse deudora la Patria de su salvación". Este gesto es único en la historia universal.

Siendo un general de la patria naciente, se confiesa humilde, invocando al cielo, a la Madre Celestial el triunfo y la libertad de la nación, porque es precisamente esta batalla es decisiva en el camino a la independencia.

El ejemplo del jefe del Ejército del Norte y del pueblo argentino de aquel entonces, donde se conjugó coraje, estrategia, pero por sobre todo fe. Esa fe digna de imitar, hoy más que nunca, para conseguir la victoria del desarrollo, el progreso y la paz de nuestra provincia y nuestra nación. 

 

Por Miriam Fonseca
Escritora
Miembro de SADE

 

  • Misericordia y gracia

El nombre de esta advocación mariana alude a la misericordia de Dios con sus hijos, que nos ha dejado en la persona de la Virgen María una auténtica madre, un canal de gracia y una cabal intercesora. "Merced" significa "misericordia", "dádiva", "gracia", y también "perdón". Los orígenes de esta advocación se remontan al siglo XIII, cuando la Virgen se le apareció a San Pedro Nolasco para animarlo en la tarea de liberar a los cristianos cautivos de los musulmanes. Era muy común, por aquel tiempo, que los "moros" saquearan los pueblos costeros del Mediterráneo para llevarse prisioneros en calidad de "esclavos". La devoción a Nuestra Señora de la Merced, está arraigada en el corazón de los sanjuaninos desde la época colonial. Este cariño expresado por el pueblo hacia la Virgen María, motivó a las autoridades eclesiásticas de aquella época, a fundar la Parroquia de la Merced en el año 1881. El antiguo templo parroquial, que sufrió los embates del terremoto de 1944, estaba ubicado en la intersección de calles Mitre y Tucumán, actual predio del Colegio Nacional. Precisamente, luego del siniestro, al expropiarse por el Estado este lugar para ampliar el edificio escolar, las tareas religiosas se llevaron al predio de Santa Fe y Tucumán, actual Capilla San Clemente. El 20 de junio de 1994, luego de cincuenta años, la fe de los sanjuaninos, el cariño hacia la Madre de la Merced, junto al trabajo de sacerdotes y obispos, Monseñor Monseñor Ítalo Severino Distéfano consagró el actual Templo levantado en calles Rivadavia, Aberastain e Ignacio de la Roza.

Cabe consignar que en el año 1265, la advocación a la "Virgen de la Merced" fue aprobada por la Santa Sede. Luego, en 1696, el papa Inocencio XII fijó el día 24 de septiembre como la fecha de su celebración.

 

Por Jorge Sotomayor
Oficina de Comunicación
Arzobispado de San Juan de Cuyo