En “Paradiplomacia e integración transfronteriza: las veranadas en los Altos Valles de Calingasta”, el investigador Mariano Álvarez del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad chilena “Arturo Prat”, sostiene que las veranadas se desarrollaron de manera regular durante cuatro siglos, pero en los últimos veinte años fueron interrumpidas entre 2001 y 2013, postergadas en 2019 y nuevamente interrumpidas en 2020, hasta este 2024, con el argumento por parte del gobierno anterior que “la crisis hídrica dejó en una situación delicada la flora de alta montaña y no se quiere que los animales la afecten aún más”.

Sobre la base de una serie de entrevistas a ambos lados de la cordillera, Álvarez sostiene que dentro de la natural cooperación transfronteriza, estas prohibiciones “son excepciones en una práctica que involucra la cooperación transfronteriza y que permite observar cómo respondieron ante ellos los gobiernos no centrales y los Estados”. Y agrega que en las citadas interrupciones la política nacional de Chile “no tomó en consideración la dimensión del impacto que el cierre de fronteras tenía sobre la economía regional, así como tampoco propuso soluciones al respecto”. 

Concluye que gracias al accionar de los actores locales se logró “salvaguardar los intereses de los crianceros, a través de proponer y encontrar soluciones a las barreras levantadas”. Por ello, en el mismo ámbito se llega a la conclusión de que las acciones llevadas a cabo por los gobiernos de San Juan y Coquimbo respecto de las veranadas “pueden ser consideradas como un claro ejemplo del rol que la acción externa de los gobiernos no centrales cumple en la solución de problemas transfronterizos de interés local”.

“El ganado es trasladado a los valles intercordilleranos, cuyas pasturas y aguas hacen que las cabras produzcan el doble que cuando se encuentran en las zonas bajas”.

Origen de las veranadas

Sobre el origen de las veranadas como elemento transfronterizo, la Dra. Catalina Teresa Michieli, prestigiosa investigadora mendocina y ex directora del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo “Gambier (UNSJ), sostiene que “tras varias décadas de trabajo arqueológico de campo en cordillera y valles preandino y altoandino, se pudieron observar e identificar diferentes huellas inmuebles de este trafico”. A su vez, y en la misma línea, para el ya citado investigador de la Universidad “Prats” ese pastoreo en continuo movimiento o trashumancia en los Altos Valles calingastinos “es una actividad histórica, cuya génesis se remonta al siglo XVI, con la llegada de los primeros carneros a la zona central de Chile. Desde entonces, el ganado caprino se concentra en los valles del Limarí (Coquimbo) y Choapa (Coquimbo), en cuyas zonas se asientan los crianceros durante la mayor parte del año”. Pero al llegar el verano, según el presidente de la Asociación Provincial de Crianceros del Limari (región de Coquimbo), Juan C. Codoceo, “el ganado es trasladado a los valles intercordilleranos, cuyas pasturas y aguas hacen que las cabras produzcan el doble que cuando se encuentran en las zonas bajas”.

Coincidiendo con este dirigente, Héctor Báez de la Asociación Gremial del Choapa, subraya también que “las veranadas son muy importantes por la sequía que estamos viviendo hoy en día”, y por eso es necesario que se autoricen “para que la gente pueda ir en busca de agua y forraje”.

Decisión oficial

Por todo ello, la reciente decisión del gobierno de San Juan desde el Ministerio de Gobierno, encabezado por la ministra Laura Palma y la presencia del Delegado Presidencial Regional de Chile, Galo Luna Penna, ha sido la mejor noticia para los crianceros y una importante cantidad de chilenos que trabajan en esta labor tan antigua. También participaron de estas reuniones funcionarios sanjuaninos de Ambiente, Dirección Nacional de Migraciones; Recursos Hídricos y Energéticos, Senasa, INTA, Ejército Argentino y Gendarmería Nacional.

Finalmente, y como informó DIARIO DE CUYO, las veranadas volvieron a concretarse el pasado 22 de febrero, con un lapso de ingreso de hasta veinte mil cabezas de ganado caprino y setecientas de ganado equino y mular hasta el 5 de marzo, prolongándose su estancia hasta el 31 de marzo del corriente año, en que los crianceros y sus animales deberán abandonar definitivamente el territorio argentino.

Fuentes: “Paradiplomacia e integración transfronteriza: las veranadas en los Altos Valles de Calingasta”, Mariano Álvarez, I. de Estudios Internacionales, Universidad “Arturo Prat”, Chile; Revista de Estudios Transfronterizos. “Huellas del tráfico transcordillerano de ganado en tiempos históricos” (San Juan, Argentina), Catalina Teresa Michieli, Revista del Centro de Investigaciones Precolombinas, UNRío Cuarto, Córdoba.