Se calcula que en unos siete años más de 800.000 personas morirán en el planeta por agua y saneamiento contaminado o malas prácticas de higiene.


La falta de financiación está lastrando el objetivo de sostenibilidad fijado por la ONU para que en 2030 haya una gestión del agua potable y saneamiento universal, dijeron expertos en un foro en Nueva York, realizado en paralelo a la Conferencia del Agua en la ONU.


"A menos que se multiplique de forma sustancial el progreso, en siete años unas 829.000 personas morirán en el planeta por agua y saneamiento contaminado o malas prácticas de higiene", dijo Estanislao Arana, director académico del Foro de la Economía del Agua y profesor de derecho de la Universidad de Granada.


Arana fue uno de los cuatro miembros que analizaron el estado de la financiación de este objetivo de sostenibilidad organizado por este foro en Nueva York.


El evento coincide con el Día del Agua y se realiza en paralelo con la Conferencia del Agua de las Naciones Unidas. El profesor indicó que es necesaria una alianza "para que los estados sigan presupuestando fondos para esos objetivos, para que el sistema financiero tenga los incentivos necesarios para invertir y para los usuarios finales que deben contribuir a la financiación".


Las limitaciones económicas actuales obligan a tomar medidas innovadoras para la aproximación a la resolución de los problemas, indicó Kim Osborne, secretaria ejecutiva para el desarrollo Integral de la Organización de Estados Americanos (OEA). Osborne explicó que con socios estratégicos "se han combinado esfuerzos para modernizar la financiación del agua en América".


Daniel Shemie, de la ONG The Nature Conservancy (TNC), afirmó que no sólo hay que invertir en infraestructuras nuevas sino en soluciones que ya existen en la naturaleza, como proteger los bosques del Atlántico. Esta medida permitiría mejorar la capacidad de almacenar agua subterránea que pueda usarse en temporadas secas y reducir con ello el coste de las sequías en un 80%. "Vamos a necesitar soluciones que vengan por este lado y no sólo por la falta de inversión sino porque tenemos un clima muy variable de cara al futuro", indicó.


Como ejemplo a la necesidad de implicación del sector privado, Rafael Ramos, director de Ingeniería y Cadena de Suministro en Coca Cola FEMSA, explicó que su empresa lleva años atendiendo a las soluciones que aporta la economía circular. "Nos hemos dado cuenta de que los recursos financieros que debíamos usar eran importantes y tomamos la decisión de lanzar en 2020 el bono verde, de 700 millones de dólares, el primero en una empresa en América latina", indicó.


La mayor parte se ha dedicado a economía circular y movilidad sostenible, además del proceso de cuidado de agua.


"Existe la tecnología", expresó Ramos antes de explicar que se reutiliza el agua en limpieza y saneamiento de fábricas. "En 2021 lanzamos otro bono, ligado a la sostenibilidad con el compromiso claro para que en 2026 nuestros índices de consumo de agua por cada litro producido se reduzca", sostuvo.


Arana dio la bienvenida a todas las ideas: "En el agua no sobra nadie, todos estamos llamados a aportar".

Por Agencia EFE