Cuando vi la nueva película del Premio Nobel Al Gore sobre el calentamiento global, “Una secuela inconveniente”, me pasó una cosa muy graciosa, y al mismo tiempo trágica.

Era un día lluvioso, y tenía entradas para ver el documental en Miami Beach, en una proyección privada para periodistas que teníamos pactadas entrevistas con Gore dos días después.

Durante la película, no pude evitar reírme cuando vi a Gore en la pantalla caminando con botas de lluvia en una calle inundada de Miami Beach, y diciendo que Miami es la ciudad mas amenazada del mundo en términos de riqueza por el aumento del nivel del mar. Era fácil reconocer dónde había sido filmada la escena: era a pocas cuadras del cine.

Pero lo más surrealista fue lo que ocurrió después: cuando terminó la película, toda la zona estaba inundada y nadie pudo salir del edificio.

Me tomó más de una hora para salir del estacionamiento, y otra hora para salir de la zona.

El titular de la portada del Miami Herald el día siguiente, el 2 de agosto, era: “Fallaron las bombas de drenaje cuando el diluvio empapó al sur de la Florida”.

Cuando entrevisté a Gore dos días después y le pregunté en broma si había organizado la proyección de documental para que coincidiera con la inundación, sonrió. Y cuando lo interrogué sobre cuál era el impacto de la decisión del presidente Trump de salirse del Acuerdo de París sobre el cambio climático, Gore dijo ser optimista. Y que tras el anuncio de Trump, “todo el resto del mundo aumentó sus compromisos” con el Acuerdo de París. También agregó que varios estados importantes como California, Nueva York, Washington y varias ciudades estadounidenses se han comprometido a cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.

En su nuevo libro Verdad al Poder, Gore pronostica que el nivel del mar en el Sur de la Florida aumentara en medio pie para el 2030, dos pies para el 2060 y hasta siete pies hacia el año 2100.

Lo que va a suceder es que los habitantes de Miami – así como de todas las ciudades costeras de todo el mundo – tendremos que pagar mucho más impuestos para poder comprar bombas de agua y otras tecnologías necesarias para disminuir el impacto de la subida del nivel del mar.

Eso significará una enorme pérdida económica para los países ricos, y una amenaza existencial para los países pobres. Según señaló el Departamento de Defensa de Estados Unidos en el 2014, “el cambio climático probablemente producirá una escasez de alimentos y agua, pandemias, disputas sobre refugiados” y “desastres naturales en regiones de todo el mundo”.

Puede que la película de Gore sea demasiado Gore-céntrica – el libro es mucho más informativo – pero el exvicepresidente tiene razón sobre la amenaza del cambio climático. Al salir del cine vi con mis propios ojos un adelanto de lo que podría pasar si sigue creciendo el nivel del mar, y – créanme – ¡la escena no era bonita!