El presidente López Obrador canceló el proyecto del aeropuerto de la Ciudad de México de $13.000 millones, sorprendiendo a inversores.


Dos nuevos rankings mundiales de competitividad traen malas noticias para América latina: muestran que la región se está volviendo cada vez menos atractiva para los inversores extranjeros. Y los presidentes de México, Brasil y Argentina están haciendo empeorar las cosas.


El recién publicado Ranking Mundial de Competitividad 2020 de la escuela de negocios IMD con sede en Suiza incluye a 63 países. Los primeros en la lista son Singapur, Dinamarca y los Países Bajos. Más abajo está Estados Unidos en el décimo lugar, China (20), Chile (38), Perú (52), México (53), Colombia (54), Brasil (56), Argentina (62) y Venezuela (63) en el último lugar.


Un ranking separado llamado Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa 2020, elaborado por la empresa consultora Kearney, incluye 25 países y está liderado por Estados Unidos, Canadá y Alemania. El único país latinoamericano en la lista es Brasil, en el puesto 22.


No hay un gran misterio acerca de por qué Latinoamérica se ha vuelto menos atractiva para los inversionistas: muchos inversores ya se pusieron nerviosos años atrás previendo entre otras cosas el triunfo electoral del presidente populista mexicano Andrés Manuel López Obrador en 2018, y del presidente argentino Alberto Fernández el año pasado.

"En México, el presidente López Obrador ha estado asustando a los inversores desde el comienzo de su presidencia...".

Ahora, con la crisis económica de la pandemia de Covid-19, la capacidad de la región para atraer inversiones se hará aún más difícil. En épocas de crisis económicas, los inversores tienden a huir a los mercados más seguros.


El estudio de Kearney dice que a medida que crecía la pandemia en las últimas dos semanas de su encuesta de inversores, se notó "un retorno" a los países "más estables con estructuras políticas y regulatorias más predecibles".


Además, al igual que los países ricos, la mayoría de los países latinoamericanos han tenido que rescatar a grandes empresas y otorgar subsidios sociales a los pobres durante la pandemia. Eso aumenta los temores entre los inversores de que los gobiernos populistas terminarán apropiándose de la mayoría accionaria de varias empresas. O sea, las expropiarán.


No hay duda de que los países de la región deben aumentar su gasto social y dar ayuda financiera a las empresas para ayudarlas a conservar empleos durante la pandemia. Pero expropiar empresas o hacer discursos populistas contra el capitalismo sólo ahuyentará más las inversiones, y hará aumentar la pobreza.


La economía mundial probablemente se recuperará a finales de este año, tal vez rápidamente si se encuentra una vacuna contra el Covid-19. Pero a menos de que haya un cambio en las políticas y en el discurso, América latina caerá aún más en los rankings de competitividad del año que viene.

Por Andrés Oppenheimer
Columnista de The Miami Herald y nuevo Herald, Miami, EEUU.