Para abordar el tema de la educación actual es necesario poner un marco de referencia, porque el asunto de la educación es sumamente amplio, complejo e interminable. Ese marco lo delimitan los siguientes principios: 

  • La educación es el proceso aplicado solamente a los seres humanos y busca el desarrollo perfectivo de todas las capacidades, al modo único e irrepetible de cada persona. 
  • La educación se realiza en la sociedad familiar, de manera propia y legítima. 
  • La educación familiar requiere de la ayuda de las sociedades intermedias.


Las consecuencias generales de estos principios, no solamente se han de tener presentes durante la época Covid sino también en el futuro. Interpelan a cada familia a tomar en serio la necesidad de mejorar la educación en todos los estratos y en todos los niveles. Urge reparar los posibles descuidos del pasado y acometer el futuro sin cohibirse ante un contexto que se vislumbra difícil.


Actualmente muchas familias están sin ingresos, el futuro incierto y el confinamiento ha provocado un desajuste psíquico en los adultos, y los niños al percibirlo también tienen afectaciones emocionales. Todo ello requiere atención para sanar las heridas que, de otro modo, pueden ocasionar serios desajustes. 
Por ejemplo, los traumas vividos retardarán el aprendizaje y tal vez en la adultez serán menos competitivos o no conseguirán trabajo. Además, en la actualidad, muchas personas sin escolaridad han podido forjar un trabajo informal. Los jóvenes de hoy sin escolaridad es casi seguro que no tendrán las posibilidades que tuvieron las generaciones anteriores, estarán en inferioridad de circunstancias. 

En la etapa post Covid es necesario inventar nuevas formas de corresponsabilidad para ayudar a los maestros a integrarse a nuevas maneras de enseñanza. 

La brecha aumentará entre las personas escolarizadas en el sistema privado y en el sistema público. Todo ello redundará en la escasa preparación para ocupar puestos de trabajo a nivel técnico y se menguará la productividad. 


Como muchas instituciones educativas del sector privado tendrán que cerrar, por la disminución de la economía de las familias, el sector público también sufrirá las consecuencias del aumento de alumnado totalmente desproporcionado al número de docentes. 


En muchos casos será imposible aceptar, en las escuelas públicas, tanta demanda de estudiantes y muchos jóvenes se quedarán sin estudios. Por eso, será oportuno inventar sistemas de acreditación de estudios para que los jóvenes puedan hacerlo compatible con ciertas tareas imprescindibles para conseguir recursos económicos. Y, presionar desde la sociedad civil para que las autoridades acepten tales propuestas. 


Los números hablan, el recorte en el presupuesto para educación es del 75%. Por lo tanto, no es preciso ser un genio para ver que la capacitación a los docentes y el acceso a la educación en línea son irrealizables. Además, los progresos de los educandos serán más lentos porque son chicos más problemáticos. 


Se debería proceder con un plan de 15 a 25 años para capacitar a docentes para el uso de la tecnología; ofrecer modalidad a distancia, mixta y presencial; mejorar los servicios en las escuelas públicas; actualizar planes y programas y facilitar el homeschooling. 


Hay que tener en cuenta que el tiempo que viene es el tiempo en el que urge el protagonismo de las familias y de las sociedades intermedias: Cada familia es la mejor dotada para lleva a cabo la educación personalizada de sus miembros, dada la cercanía y el cariño. Por tanto, en el seno de la familia se han de provocar diálogos, para ver cómo se asimilan los conocimientos recibidos en la escuela, y aconsejar a cada uno de acuerdo a lo que, con singular acierto, se advierte necesario.

Por Ana Teresa López de Llergo