Es poco probable definir a la autoridad pedagógica por sí misma, y qué relación tiene con la escuela. Es sin duda, poner el acento en cómo se enseña y no qué se enseña, unido a un componente muy significativo, como son las estrategias docentes. Sin embargo, se puede enmarcar en una relación entre dos personas, donde el uno sin el otro dejaría sin efecto a la autoridad.

Muchos autores aluden al término autoridad del idioma francés (augure) "hacer crecer", es decir, ubica a la autoridad en un papel donde ejerce beneficios a otros, reconocimiento, los provee, protege, asiste, y en sentido educativo, enseña. La autoridad pedagógica, es un proceso de creación, no puede recetarse, por eso se va "amasando" en el uno a uno de cada relación, que es única e intransferible.

"El reconocimiento de autoridad, se transmite por la capacidad de generar, crear, potenciar y aumentar lo ya existente. Habilita espacios, se manifiesta en el modo de actuar, está atenta a lo nuevo, crea espacios de libertad" (Ruth Haré).

Autoridad pedagógica, es cuando se está dispuesto a brindar para reconstruir contenidos, favorecer el debate, resolver problemas. La autoridad sin el reconocimiento, sería como espacio vacío autoridad y reconocimiento son partes de un mismo movimiento, y reconocer significa otorgar legitimidad.

La autoridad del maestro, condición necesaria para el aprendizaje, no existe como cualidad innata, se expresa como una relación, es decir en una construcción permanente en la que intervienen docente y alumno, y varía según el contexto y la época. "La autoridad pedagógica debe articular aspectos íntimamente relacionados y que se conjugan en un ejercicio de conocimientos, prácticas, normativas y vínculos''.

Allí es necesario tener en cuenta "Un saber pedagógico" (la formación y perfeccionamiento permiten al docente referenciar sus prácticas, una sin la otra no acredita la autoridad pedagógica). "Un sostén en la normativa" (garantizando igualdad de oportunidades en la trayectoria del sistema educativo).

"Una vinculación con los otros" (que permita proyectarse e interpretar los sentido de los demás, de un estar para comunicar y dejar que se comuniquen en un hacer inteligente) ("Volver a enseñar'' -Gustavo Caíes- Paidos 2015)

La responsabilidad de los docentes no es cumplir mecánicamente con un modelo sin analizar cuál es la transmisión cultural que debe tener lugar hoy, con qué contenidos, con qué formas de autoridad, y dejar espacio para crear pedagogías nuevas. Es también hablar de lazos, de relaciones de dos o más personas y de lo que entre ellos ocurre en el espacio de vivir juntos.

Pensar la autoridad en una trama de encuentros donde dos personas diferentes se entrelazan en un tiempo y espacio cultural, social, histórico en común, para relacionarse. El ejercicio de la autoridad, supone una renuncia a la omnipotencia, al control del otro, a cambiarlo según sus propios deseos la autoridad, no es autoritarismo.

En consecuencia podemos decir: sin autoridad no hay garantías que se instale la ley simbólica que requiere de una autoridad pedagógica. Es decir, que cuide el objeto de conocimiento, para que pueda enseñar a otro. Hoy, la escuela, es una institución sobre demandada y subrogada, perdiendo autoridad pedagógica paulatinamente. Distintas formas de "hacer autoridad" son también distintas formas de "hacer escuela" (Alliaud, Andrea "Los artesanos de la enseñanza" Piedra Libre: Libros.