En estos días hemos visto que se realizan trabajos de refacciones en el antiguo edificio de la ex Estación del Ferrocarril General San Martín, llamado en principio "El Andino”. A propósito, resulta oportuno traer a la memoria algunos datos referidos a lo que representó en su época esa terminal ferroviaria, basta decir que con su presencia contribuyó a cimentar la transformación económica de San Juan.

Esas tareas encaradas por la municipalidad de la Capital por gestión del secretario de Cultura, Luis Eduardo Meglioli en respuesta a directivas del intendente, Marcelo Lima, pese a que no son de envergadura constituyen un valioso aporte al conocimiento de la historia provinciana toda vez que desnudarán y mediante su repintado, mostrarán a los sanjuaninos siglo XXI, los mismos colores que lucía la Estación, tal como la vieron aquellos comprovincianos siglo XIX.

Es igualmente una magnífica ocasión para recordar que la Estación ubicada en calles España y Mitre, fue testigo de varios sucesos que entroncan profundamente en la vida de nuestro terruño, a partir de su inauguración el 12 de abril de 1885 con la llegada de la primera locomotora a vapor de "Tipo 21”. El acto contó con la presencia del presidente de la Nación, General Julio A. Roca y el gobernador, Carlos Doncel. Toda una fiesta, todo un acontecimiento, habida cuenta que esa máquina nos unía con el resto del país. Precisamente las celebraciones incluyeron una "Exposición General de Productos Regionales” realizada el 19 de abril, según acota Efraín Ramírez ("Gobernadores de San Juan”)

Hilando un trecho más en la historia, debemos consignar que casi un año antes, el 10 de mayo de 1884, se inauguraba otro edificio público importante en nuestra ciudad: la casa de Gobierno ubicado al Este de la plaza 25 de Mayo, y fue justamente allí donde asumió dos días después la gobernación Carlos Doncel (1884-1887).

Entonces es fácil deducir la estrecha relación que hubo entre ambos locales, unidos por la calle Mitre, arteria que fue paso de importantes personalidades que visitaban la provincia.

Pero no solamente de actos protocolares de recibimiento a visitas notables fue testigo la Estación; uno de los que inscribieron una página triste en la historia fue el que ocurrió el 23 de diciembre de 1928, cuando durante el segundo gobierno de Aldo Cantoni, Hipólito Yrigoyen ordenó la intervención federal a la provincia.

Eran interventores que -algunos- no venían con "una rama de olivo en las manos”. Aquel día llegaba el temido Modestino Pizarro y, por supuesto no lo esperaba una Banda de Música, sino bandos de simpatizantes y otros que no lo eran. Paradójicamente no había Cantonistas. En vez de discursos hablaron las armas y corrió sangre en la plazoleta de la Estación. El enfrentamiento dejo como saldo "un muerto y varios heridos”, aseguran Carmen Peñaloza de Varese y Héctor D. Arias ("Historia de San Juan”).

No es el objetivo de esta nota apartarse demasiado del motivo convocante: los colores de la Estación es decir, los colores de la historia. Digamos que los vaivenes de las políticas de gobiernos que se sucedieron a lo largo de los años, produjo que San Juan dejara de contar con tan necesario servicio de transporte. Así fue que 108 años después de aquellos brillantes festejos, el 10 de marzo de 1993, vimos partir con tristeza el último tren ("El Cuyano”) con 252 pasajeros a bordo.

Imposible ocultar la pena que nos embargaba: es que se fue una tarde por esos senderos de hierro rumbo al sur quizás para no volver jamás. Los que estuvimos ese día, ese último día mirábamos desde el andén su larga silueta que se perdía en el horizonte, y comenzábamos a extrañar la alegría de verlo llegar con nuestros seres queridos o la tristeza de verlo partir con ellos. Nos quedaba el recuerdo de los días vividos, pero también la esperanza de que volverían y después, nuevamente el reencuentro en el andén. Una ronda unida tan fuertemente como el abrazo, como el beso, como las lagrimas. Tan fuerte como los rieles que nos separaban o nos unían; cuantas veces lo vimos partir y cuantas veces lo vimos llegar; cuantas veces nos llevo fuera de nuestros límites y cuantas veces nos trajo.

Se dice ahora que existe la posibilidad de su regreso, no en servicio. Viene a quedarse en nuestra quinta Estación, (una más que las de Vivaldi) la de la Alegría. Volverá al silencioso puerto de los recuerdos, al soñado presente…