La educación de calidad es un pilar fundamental para el desarrollo personal como también para el progreso de la sociedad.


Durante una entrevista formulada por el diario Infobae, a una profesora de enseñanza secundaria de Santa Fe, esta manifestó su alarma porque consideró que se están tomando medidas en educación que, lejos de morigerar los efectos de la pandemia en los educandos, "lo que hacen es nivelar para abajo, validar conocimientos no adquiridos y producir un brutal aligeramiento en los contenidos". A los docentes de nivel medio de esa provincia les fue comunicado que no habrá repitencias, ni mesa de exámenes, ni desaprobados. Que la aprobación del último trimestre implica la de todo el ciclo lectivo. Como que tampoco nadie irá a "recuperatorio", porque es una medida discriminatoria. 


Ese combo de facilidades hizo que un grupo de profesores decidiera decir "basta", mediante un comunicado. Decidieron no ser parte de un mecanismo que llamaron perverso, que le dice al chico "aprobaste", cuando en realidad no aprobó. Aparte, se quejaron del frondoso contenido doctrinario del material entregado, para ser divulgado entre los alumnos. "Tratan de meterte en la cabeza que la educación tradicional está mal, que la meritocracia está mal, que el éxito individual está mal. Esto es lo que se llama nivelar para abajo".


REHENES DEL ESTADO
Hace tiempo se advierte que se enfatizan medidas que supuestamente tienden a la inclusión, pero que a la larga se forman sujetos que, por carencia de conocimientos, o la mala calidad en la adquisición de estos, se les hará muy difícil conectarse con un trabajo remunerado, una vez que salgan a la calle a ganarse la vida. Ahí, en ese momento, caerán en la cuenta que están excluidos del sistema laboral, y pasaran a ser rehenes de la caridad del Estado. Esto ocurre cuando por incluir, a la larga se termina excluyendo.


Por otro lado, el objetivo de igualar, otra premisa, hace que se cometan verdaderos atentados a la dignidad de las personas. Dicho esto, sin dejar de considerar que el mundo es desigual. Que los bienes de la tierra han sufrido un proceso oprobioso de concentración en manos de unos pocos. Pero ese es otro tema, macro. Aquí estamos hablando del individuo concreto, palpable, sobre el cual debemos volcar la atención. Acción que, en el largo plazo, puede que nivele aquellas asimetrías globales.


Considero que sólo somos intrínsecamente libres e iguales, ante la ley y ante Dios. Por lo demás, los seres humanos no somos iguales. 

La educación bien entendida, es la única herramienta capaz de brindarle oportunidades al quien nació en un ambiente carenciado y falto de incentivos.

EJEMPLO BÍBLICO
En la parábola de los talentos, dice el evangelio que el administrador, Dios, no repartió talentos a todos por igual. Le dio cinco a uno, dos a otro y uno al tercero. Luego les reclamaría qué hicieron para multiplicarlos. Solamente obligando al individuo a emparejarse con niveles inferiores de desarrollo, es que se lograría, a medias y mal, la tan ansiada igualdad. Todos seremos iguales, pero de ignorantes, mediocres y, a la larga, pobres.


¿Qué va a hacer para igualar, el juez de una competencia de atletismo, si hay uno que naturalmente llega primero, o salta más alto o llega más lejos? Y habrá otro que clasifica en segundo lugar, otro tercero y uno será último. ¿Los va a ir parando un metro antes de la línea de sentencia para que esperen a los más retrasados y atraviesen todos juntos la llegada? Eso es impensable e injusto, aparte de aniquilar los deseos de superación. Pero es lo que se logra con imponer, a la fuerza, la igualdad. Que no es tal, porque la naturaleza nos dio capacidades distintas y solamente deteniendo la marcha del que va más rápido, o sacándole al que produjo más, o promediando las notas en el aula, mezclando aprobados y desaprobados, es que se podrá nivelar. Obvio que para abajo. Nunca para arriba. Somos seres libres y, por lo tanto, mutantes. 


EDUCACIÓN BIEN ENTENDIDA
Ya lo graficaba Alfio Basile, exjugador y técnico de fútbol. Armaba el equipo, el mejor esquema. Por ejemplo 4-2-4, pero todo se le desarmaba cuando la pelota entraba a moverse. Es lógico. Es imposible arriar los hombres como ganado. Esto ocurre cuando se idean políticas que no tienen en cuenta al individuo como tal, y se lo identifica con un rebaño amorfo y sin matices. Luego, queriendo incluir, se excluye, y queriendo igualar, se cometen injusticias.


La educación bien entendida, es la única herramienta capaz de brindarle oportunidades al que, por circunstancias de la vida, nació en un ambiente carenciado y falto de incentivos. Ahí es donde el Estado debe intervenir, con políticas que equiparen las oportunidades, y subsanen las desigualdades de origen, no en cuanto a capacidad natural de los individuos, sino en cuanto a las circunstancias que lo rodean, y que le vienen dadas por su entorno. Que le dificultan, o allanan, el camino. 


Por ello es que no debe sustraerse a los educandos, la posibilidad de superarse, de ser mejor, no solo desde la instrucción, sino también desde el espíritu crítico, del pensamiento. Convertirlo en una masa amorfa donde todos sean iguales, es el mayor atentado que se le puede hacer en orden, justamente, a su dignidad como ser humano. En los cementerios, es el único lugar que conocemos impera la igualdad total.

Por Orlando Navarro
Periodista