EEUU tiene uno de los sistemas universitarios más prestigiosos del mundo.

Por el Dr. Mario Luna y el Prof. Fabián Núñez
Profesionales de Jáchal

La deuda acumulada total de los estudiantes universitarios en EEUU pasó en el ranking de deudas del consumidor de estar por debajo de la deuda hipotecaria, de tarjetas de crédito y prendarias, a ubicarse en el segundo lugar luego de las deudas de compraventa con mutuo de dinero con garantía del derecho real de hipoteca.

La serie temporal marca que el flotante de la deuda por estudios universitarios subió a una velocidad vertiginosa desde el 2004 a la actualidad contabilizada a lo que va del 2019.

Marcando el registro de 1,3 billones de dólares empareja la producción de valor del PBI ruso, o el de España y supera al de México y por supuesto al de Argentina en una mayor diferencia todavía.

El método de EEUU en esta materia es que el mercado de la educación en los servicios universitarios está desregulado a las determinaciones fundamentales que generen los efectores del mercado.

El sistema por lo tanto se rige por la libre oferta de servicios educativos universitarios y la demanda de estudios superiores, a un precio consistente en tasas que determina la dinámica libre de las fuerzas operantes en este mercado singular en materia educativa superior.

Se ha dicho, con razón, que quien tiene una deuda de este tipo no es el estudiante en sentido particular solamente, sino, en términos reales es el grupo familiar el que queda comprendido en este mecanismo de mercado deudor educativo.

Ello significa que hay numerosos casos donde la deuda engloba al estudiante, a los padres y a los abuelos.

Las razones de la subida de los costes de las tasas entre 2004 al 2019 a una velocidad que supera los costes impagos de otros bienes esenciales del mercado de bienes y servicios sistémicos, se debe a tres razones que analizan los estudios expertos. Por un lado está el retraso de los ingresos de las clases medias y bajas registrado entre 2004 y el 2019. Esto quiere decir que los aumentos experimentados por las tasas de coste universitarios han sido superiores a los aumentos de las tasas del salario y al ingreso en general detractado de la economía corriente.

La segunda razón es más aviesa podría decirse, puesto que basado el mercado en el dato de que los ingresos causados por la faena de los títulos universitarios se indexan más y mejor, o no pierden contra el aumento de los precios generales de la economía, las instituciones oferentes del servicio suben por esa razón los costes de modo oneroso para el tomador del crédito.

Es decir, a sabiendas de que una profesión con título universitario arroja menos retraso de ingreso o no pierde contra la devaluación de los ingresos promedios por la subida de los precios, las universidades suben exprofeso más de la medida proporcional las tasas de pago de los estudios universitarios. La última razón de la suba en términos desproporcionados, estriba en que los intereses por deudas estudiantiles están entre 7 y 8 % y los intereses por las deudas hipotecarias, prendarias etc., no superan el umbral de entre 3 y 4 %.

Esta cuestión ya se ha convertido en una temática política y ha sido objeto de variadas visiones de campaña para avizorar una solución que por hoy está todavía inaccesible.