Existen distintos depredadores naturales de palomas como búhos, iviñas y halcones.

Por Jorge Bastías
Geólogo Ambientalista


Leo en el diario del domingo 11 de noviembre de 2018 la noticia de origen nacional donde informa que matan a 90 cóndores. Mi humilde aporte a que no se repita esta situación está fundada en avanzar en la educación del soberano. Sería necesario educar a la población en general, mayores y desde pequeños, mediante programas que incluyan la temática de equilibrio ambiental en las escuelas. Además de pasar programas de televisión con temáticas de cada una de las regiones de nuestra provincia, indicando la vida animal silvestre y su función en el equilibrio de la naturaleza, su lugar natural, hábitat y su existencia. También el por qué existen y deben conservarse y cuidarse. Cada región de la provincia tiene un medio ambiente en especial y busca siempre el equilibrio. La naturaleza busca el equilibrio tanto en lo animado como inanimado. En San Juan debería enseñarse con más ahínco el concepto de equilibrio ecológico natural de los seres vivos, que son, de alguna manera, los que protegen a la población en una tierra de conquistadores como somos los sanjuaninos.


Para colaborar con este concepto y apuntalar mis párrafos precedentes daré unos ejemplos de dos casos que en la provincia han sido causas de desequilibrio ecológico ambiental causado por el hombre.


El primero es la abundante cantidad de palomas en la ciudad y barrios. Estas se incrementaron cuando el ambiente y hábitat de existencia de esas aves lo eliminó en pos del progreso. Unas pocas migraron. Pero la población de esas aves se trasladó a los barrios y crecieron sin control por naturaleza misma. Mientras, el control natural de esa población como aves de rapiña, roedores, entre otros, fueron también exterminados. Las palomas traen asociadas muchas enfermedades, en algunos casos mortales y en otros casos presencia de vinchucas.


Remedio local: en mi barrio de Rivadavia teníamos un problema serio con las palomas, hasta ya se habían instalado torcazas, las otras aves no acusaban presencia. La naturaleza y el equilibrio ecológico natural llegó volando en auxilio hace algunos meses. La naturaleza se hizo cargo. 


Dos partes fueron la solución. Uno se alojó en un pino de la plaza de mi barrio. Se trata de una iviña con sus alas grandes y blancas. Anidó en el pino y algunas veces se escucha su graznido. Sobrevolando el barrio en horas de la tarde o muy temprano por la mañana. De noche se escucha otro integrante del equilibrio ambiental natural: una familia de búhos. Estos integrantes del equilibrio ecológico natural ayudan a eliminar la abundancia de palomas en exceso. Situación que favoreció al medio ambiente y ayudó a vivir en equilibrio con la naturaleza.

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Segundo: otro caso importante ocurrió hace unos años con el gusano del cesto. Este dejó a gran parte de la arboleda de Rivadavia sin hojas en plena primavera. La proliferación del gusano estaba relacionada con la población. Los podadores de otoño combatieron la avispa camoatí. Cuando se dejó de combatir el equilibrio natural, la avispa camoatí, aparecieron las hojas en los árboles y todo volvió a ponerse verde en primavera. La educación temprana del equilibrio ecológico desde los medios y las escuelas sería un aporte a que no ocurrieran atrocidades como las que leí en una publicación del 11 de noviembre pasado.