"En este 3 de junio, Día del Inmigrante Italiano, recordamos que las mujeres italianas destacaron como grandes emprendedoras en la época posterremoto de 1944". Entre lo mucho que se ha escrito sobre la inmigración italiana en nuestro país y puntualmente en San Juan, poco se ha precisado sobre el papel de las mujeres italianas inmigrantes. Las que llegaron a la Estación San Juan del Ferrocarril San Martín, de nuestra Ciudad, imprimieron "aires renovadores en una provincia de antiguas costumbres y tradiciones", expresa Liliana Lazzarini, en su trabajo "La Historia reciente de San Juan", presentado en las XIV Jornadas Interescuelas, del Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza, 2013). 


En este libro aborda lo que se conoce como la etapa de inmigración reciente, que comprende la última oleada de europeos llegados a la Argentina, cronológicamente delimitado bajo el primer gobierno de Juan Perón, entre 1946 y 1955.


Para la autora "dentro de la dinámica de la inmigración, encontramos la existencia de un país expulsor, en este caso Italia, y otro receptor, Argentina.


BAGAJE CULTURAL

Luego de la Segunda Guerra Mundial, el país expulsor, Italia, se encontraba en el bando perdedor con grandes complicaciones económicas, grandes pérdidas materiales y demográficas. Un importante número de sobrevivientes, emigraron a diferentes lugares del mundo, pero a tres países en particular: Estados Unidos, Brasil y Argentina". Y San Juan fue provincia receptora de un alto número de inmigrantes en tiempos en que se acababa de sufrir el terremoto de 1944. 


En ese marco tan complejo, la figura de la mujer inmigrante italiana fue importante, y por traer consigo "el bagaje cultural, el idioma y las costumbres de sus regiones" debían adecuarse rápidamente a nuestra provincia que, si bien las recibe con los "brazos abiertos", impone una presión al medio social y económico, precisa Lazzarini. 


Sin tener nociones del lugar de destino, pero con muchas expectativas y voluntad de trabajo, en general las italianas llegan a San Juan por la difícil situación económica vivida en su país y la invitación de parientes, ya instalados años anteriores en estos lugares, junto al resto de su familia. 


CULTURA DEL TRABAJO

Se recuerda también que los avances logrados por la mujer europea en lo público, fueron trasplantados "a estas tierras incorporándola al mundo del trabajo de forma dinámica, lo que generó un importante cambio", así como "cuestionamientos sociales marcadores de esta tradicional provincia cuyana". 


Una de las inmigrantes consultadas en la investigación de Lazzarini es María Luisa Solimano de Lanciani, de 86 años, quien llegó con 21 años en 1948 junto a su madre y hermano. Recuerda que vinieron 800 personas a bordo del barco que las trasladó desde Italia. Y llegamos aquí a San Juan porque acá teníamos parientes". 


A su vez, otra inmigrante, Gloria Farinelli, que llegó en 1950 con 22 años, ya casada con un hijo de meses, comenta sobre su llegada a San Juan: "A las cuatro de la mañana bajamos del tren. Salimos de la estación tomamos las vías. Era una noche de luna. Yo decía ¡ay mamá mira donde hemos caído, es otra vez como en la guerra!", a raíz de los escombros que todavía se observaban en las calles de San Juan tras el terremoto. Por otro lado, la citada María Luisa Solimano comenta que las mujeres italianas del alto Italia, de donde ella provenía, "son muy emprendedoras, pero los primeros tiempos fueron difíciles porque no conocíamos a nadie". 

ADAPTARSE AL NUEVO HOGAR

Precisamente por eso, los diversos grupos de inmigrantes pronto sintieron la necesidad de reunirse o nuclearse con sus compatriotas, con el fin de lograr una mejor adaptación, asistencia, contención y ayuda a sus socios en particular.


En ese sentido, para Elizabeth Leonardi, en el mismo trabajo de investigación citado, "el mutualismo fue la moneda corriente", así como "la preservación de la "italianidad", donde las mujeres "fueron grandes impulsoras". 


Es que muy pronto se crearon Ausonia Sociedad Femenil de Ayuda Mutua e Instrucción y la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos, que poco después se fusionaron y se convirtieron en Ausonia, Sociedad Italiana de Socorros Mutuos e Instrucción. Posteriormente un grupo de italianos, "la Dra. Josefina Farri, los ingenieros Brusci, Pertiné, Arrigo y la señora de Malberti, entre otros, deciden redoblar la apuesta y llevar a cabo la parte de instrucción abierta a toda la sociedad y para la descendencia italiana en particular y así nace la escuela "Dante Alighieri". 

  • Trabajar por el nuevo hogar

Luego de la Segunda Guerra Mundial, Italia, se encontraba en el bando perdedor con graves problemas económicos, grandes pérdidas materiales y comunidades destruidas. En ese contexto, un importante número de sobrevivientes, emigró a diferentes lugares del mundo, pero a tres países en particular: Estados Unidos, Brasil y Argentina". San Juan fue una provincia que recibió un alto número de inmigrantes en tiempos en que se acababa de sufrir el terremoto de 1944. Ante esta situación también ellos, que venían de tierras devastadas por el flagelo de la guerra, ayudaron a levantar la provincia hasta convertir a la ciudad capital y alrededores como de las más modernas del país.

Por Luis Eduardo Meglioli
Periodista

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De izquierda a derecha: Mattia Minniti, de Reggio Calabria, Motta San Giovanni; Francesca Infortuna de Mallamaci, pueblo Motta San Giovanni, Región Calabria y Cayetana Yudica, del pueblo de Grammichele, Sicilia.