En un mes de elecciones legislativas magnificadas en su importancia y presentadas como icónicas para el futuro del país, polarizados bajo los slogan de cambiar o volver al pasado, pocos son los candidatos que expresan su posición sobre medidas a tomar para combatir el principal flagelo de la economía Argentina: "el eterno y progresivo déficit fiscal".


Deseo conceptualizar brevemente el concepto de déficit fiscal, la forma de financiación del mismo y a través del ejemplo concreto de una política activa del Estado, en este caso del Gobierno de la Provincia de San Juan, discernir sobre aquellos déficit fiscales sustentables a futuro de aquellos improductivos que favorecen a sectores especulativos.


En una definición simplista el déficit fiscal es el producido cuando el nivel de gastos del Estado supera a los ingresos del mismo. Existen distintas definiciones de déficit fiscal, en función de la composición del Sector Público: *) Gobierno Central. *) Sector Público consolidado no financiero: el cual incluye gobiernos provinciales, seguridad social y empresas públicas no financieras. *) Sector Público consolidado total: incluye BCRA y algunos bancos estatales.


La definición más amplia de déficit fiscal es la tercera, ya que tiene en cuenta al "cuasi fiscal" que es el incurrido por el Banco Central. En una discusión desprovista de sensatez en cuanto a su inclusión o no en el presupuesto nacional, este último se estima rondará los $65.000 millones anuales, siendo originado básicamente por la colocación de Lebacs a altas tasas de interés. Este nivel de déficit cuasi-fiscal no puede transcender a la coyuntura y requiere que la política económica trabaje contra reloj para incrementar el nivel de la actividad económica. Ahora bien ,¿por qué se asevera que el déficit fiscal es el principal flagelo de nuestra economía? Si estudiamos el comportamiento del mismo durante el período 1961-2016, de los últimos 56 años, 53 años han mostrado déficit fiscal, el cual a cifras actuales representa aproximadamente un 8% PBI anual, si consideramos que el mismo está en el orden de los U$S 550.000 millones, el "déficit fiscal diario" asciende a la friolera cifra de U$S 120 millones.


Este déficit fiscal históricamente ha sido financiado por los siguientes mecanismos: a) emisión de dinero con su consecuencia inflacionaria, b) Utilización de reservas y su consecuente crisis cambiaria, c) Endeudamiento externo e Interno y su consecuencias de default y recesión económica. Esta forma de financiamiento se ha sucedido en un círculo vicioso permanente, que ha tenido como consecuencias el estallido de crisis económicas como el Rodrigazo (1975), los default de deudas (1982-2002) e hiperinflaciones (1989 y 1991).

Políticas activas del Estado


Habiendo conceptualizado el déficit fiscal es necesario separar la paja del trigo y resaltar aquellas políticas activas que asumiendo un déficit fiscal, tienen un impacto directo a nivel empresarial, incentivando la inversión y consecuente generación de riquezas a futuro, de aquellas que promueven inversiones especulativas financieras de corto plazo tales como las Lebacs.


Dentro de las primeras y con un orgullo bien sanjuanino, es de destacar la implementación por parte del Gobierno de la Provincia, a través de su agente financiero Banco San Juan, la línea de subsidio de tasas para inversiones productivas, comúnmente denominada línea 500, en referencia directa a los $500 millones destinadas al financiamiento de inversiones de empresas sanjuaninas. El esquema inédito a nivel crediticio, permite acceder a créditos a una tasa subsidiada del orden del 10%, con un plazo total 60 meses con un período de gracia con pago de intereses de 12 meses. Si bien dentro de las necesidades de inversiones del sector productivo de nuestra provincia, el monto puede parecer acotado, es de destacar la voluntad política de apoyar mediante estas herramientas a sectores productivos postergados, que después de más de 12 años signados por Obra Pública y Minería, parecen formar nuevamente parte de la agenda de Gobierno de la gestión Uñac.


Ahora bien, ¿por qué decimos que estas políticas económicas activas son positivas? Si efectuáramos la simplificación que la totalidad de créditos otorgados bajo esta línea se enmarcara en las previsiones de plazos y tasas y considerando una tasa del 25% como costo de oportunidad, el subsidio de tasas comprometido por el gobierno sería del orden de los $265 millones, cifra de relativa significancia si se considera que las inversiones productivas generarán incrementos en el nivel de empleo; mayores niveles de facturación de empresas e incrementos en la capacidad productiva.


La política activa del gobierno sanjuanino de financiamiento de tasa, fruto de un manejo coherente de las finanzas públicas, es ejemplar y merece ser resaltada.


Como sanjuaninos nos debemos sentir orgullosos y privilegiados por contar con herramientas financieras que permitan al sector privado pensar en un futuro de crecimiento. Escuchar a funcionarios públicos reconocer al sector privado como el verdadero generador de riquezas e instrumentar políticas económicas activas de apoyo explícito a empresas del medio, es un logro digno de apoyar y potenciar.