Acaba de iniciar su viaje definitivo el reconocido locutor y benefactor de nuestra provincia, Andrés Emilio Romero. Abrazó su profesión desde muy joven como una vocación y oficio, y luego decidió perfeccionarla hasta llegar a ser locutor nacional en el ISER (Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica) de Buenos Aires. Eran los tiempos de celebridades como Antonio Carrizo y Jorge "Cacho” Fontana, entre otros, locutores emblemáticos de la historia de la radio y la televisión, y en ellos se miró muchas veces porque consideraba que habían logrado casi la perfección.

Nacido el 3 de julio de 1935, "Día del Locutor”, los medios audiovisuales pierden a uno de esos profesionales brillantes, especialmente de la radio, que jerarquizaba la idea rectora del bien decir, con una voz armoniosa y un mensaje responsable. Hoy, que no resulta fácil encontrar un buen comunicador en las centenares de emisoras. Pero además de comunicador en radios de nuestro medio y ejercer como redactor de diarios, radio y televisión, y locutor oficial del Gobierno de San Juan hasta hace una década, surcó otros caminos, como los de estudios de perfeccionamiento en Administración Pública y Defensa Nacional, lo que le permitió acceder a cargos notables en el Gobierno Provincial y ser director de Cultura de la Capital en varios periodos. Incluso formó parte de la Comisión Interprovincial para la fijación de límites entre San Juan, Mendoza y La Rioja entre 1967 y 1971.

Sin embargo, lo que quizá nunca imaginó el admirado "Negro” Romero es que, en su día final, su nombre quedaría íntima y justicieramente ligado al presente y futuro del Parque Provincial Ischigualasto. Su trabajo prolongado y minucioso que llevó a cabo coincidiendo con la última etapa de su vida laboral, denominado "Gestión Administrativa Personalizada para la resolución legal de propiedad sobre el Parque Natural y Provincial Ischigualasto”, en el marco del proyecto "Ischigualasto, Asombro y Misterio”, permitió inscribir el valioso espacio ubicado en Valle Fértil, en el registro de Bienes Inmuebles del Dominio Público del Estado Provincial. Sin ese trámite, no hubiese sido posible la declaración de Patrimonio de la Humanidad para el Parque realizada por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para Educación, la Ciencia y la Cultura).

Fueron años de desvelos sobre el tema, y con él en aquellos tiempos previos y posteriores a la Declaración de la Unesco, colaboraron permanentemente, conscientes de esa necesaria gestión, especialistas como el Dr. Oscar Alcober, director del Museo de Ciencias Naturales de la UNSJ, en el entonces naciente Ente Autárquico, y su antecesor en el Parque, el biólogo Justo Márquez.

A Romero luego le llovieron los reconocimientos. Desde los gobiernos nacional y provincial; de la Dirección de Parques Nacionales, Sociedad Argentina de Locutores, Cámara de Diputados de San Juan, Regimiento 22 de Infantería y Gendarmería Nacional, entre numerosas instituciones locales, nacionales e internacionales. Y además, Jáchal lo reconoció por su sensibilidad intelectual para con la Fiesta de la Tradición, nombrándolo "Ciudadano Ilustre” de ese departamento, y la Capital lo distinguió como "Vecino Ilustre de la Ciudad de San Juan”.

La inolvidable voz de Emilio Romero seguirá sonando cada vez que se lo nombre, y su obra de maestro, será motivo de agradecimiento perenne de todos los sanjuaninos. Se ha perdido un hombre valioso, aún a sabiendas de que su memoria ennoblece la herencia personal, representada por sus hermanos, hijos y nietos, de los que tanto disfrutó. Ahora, en el diáfano e infinito espacio celeste donde se encuentre, ya habrá cruzado palabras con otra estrella de Ischigualasto, el científico Dr. Williams Sill.

La Luna agradecida, porque dos hombres de su valle sanjuanino están más cerca suyo.

(*) Periodista.