Siempre la voluntad es la medida de todas las cosas. Consiste no sólo en querer hacer como disposición sino en hacer y concretar la acción.

Veamos una síntesis de vida que a todo joven puede motivar para realizar su propio destino o al menos para tener un punto de partida de un objetivo que quiera conseguir. Reconoce los primeros momentos de quien se forma en el ejercicio de la voluntad y termina siendo el mejor sin competir.

El pensamiento se ubica en todo niño que desde la primera infancia no sólo realiza juegos infantiles sino que pone la creatividad de su lado para generar otros o inventar nuevos entretenimientos ya sea a partir del contacto con la naturaleza o reproduciendo de la manera más eficiente imágenes o elementos concretos de la realidad.

Es que una infancia sin estos aditamentos corre el grave riesgo de caer en lo artificial sin referencia alguna a lo natural.

Más tarde en la adolescencia, el ejercicio de la voluntad se le presenta para desarrollar todo tipo de actividades con un despliegue físico importante y entrada en la juventud el pensamiento creativo surge como complemento concomitante para la invención o generación de nuevas oportunidades.

Es así como cada niño o cada joven despierta su interés en la motivación por el hacer; es cuando cuenta como importante la figura de un conductor, padre, maestro, familiar o amigo para determinarse constantemente al hacer y a partir de allí no renunciar jamás. Estos jóvenes serán los mejores sin que por ello se tome como parámetro la necesidad de competir.

La competencia forma parte de la vida diaria y como tal es normal que se presente en sus diversas formas, sin embargo llegar a ser el mejor es un calificativo que cualifica a la persona misma sin comparación alguna, sólo por el hecho de mantenerse en la tenacidad y el esfuerzo necesarios para sobreponerse a "cualquier'' situación que deba resolver o superar.

Ser el mejor desde un enfoque filosófico es ser uno mismo, quien se formó en valores y permanece en los principios y por consiguiente aceptará los desafíos de la vida.'Presentará lucha" siempre ante cualquier adversidad hasta las consecuencias últimas.

Esto quiere decir que no hay o no existe en él forma de concebir el retiro o claudicar a la verdad. Quien es el mejor se ha comprometido con la razón y persiste en la justicia.

La competencia no lo amilana menos aún lo debilita; todo lo contrario lo fortalece porque no busca un resultado sino la actitud de encontrase en cada acto a sí mismo, reconociéndose poseedor de lo más valioso, la vida.

El que es mejor sin competir no se adhiere de cierta manera al principio por el cual el ser humano debe aprender a arreglárselas sólo en mundo, sin la ayuda de nadie, más bien el, terminará por ayudar a aquel que lo necesita.

Nuestra sociedad no se caracteriza por alentar semejantes valores sino más bien "los custodia" como quien guarda en caja de seguridad lo que no se debe perder o extraviar. Por eso no advierte su significado aunque los pueda observar.

Para ello es de fundamental conocimiento la práctica en una sólida formación familiar, educativa institucional y social. Quien todo lo tiene tendrá que hacer un doble esfuerzo. Quien tiene que conseguirlo, sólo le bastará la confianza y convicción, consecuencia directa de lo que hace al hombre esencialmente humano e inmortal.