Irán se ha mantenido firme en 2017 en el cumplimiento del acuerdo nuclear multilateral y en la defensa de su derecho a desarrollar misiles, pese a la incertidumbre provocada por las presiones de Estados Unidos y las continuas amenazas cruzadas.


Desde la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, la tensión ha ido en aumento, hasta que el pasado octubre el presidente estadounidense amenazó con abandonar el pacto nuclear si este no es modificado, una posibilidad rechazada tajantemente por Irán.


No obstante, el Congreso estadounidense dejó pasar este mes sin tomar medidas o reimponer sanciones el plazo dado por Trump, quien vuelve a tener en su mano el futuro del acuerdo, cuyo cumplimiento por parte de Irán ha sido ratificado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Irán trata de convencer que los sistemas de misiles tienen un carácter únicamente defensivo.


El pacto, firmado en julio de 2015 entre Irán y el Grupo 5+1 (EEUU, Rusia, China, Francia y el Reino Unido mas Alemania), limita el programa atómico de Teherán a cambio del levantamiento de las 
sanciones internacionales.


El presidente iraní, Hasan Rohaní, ha asegurado en numerosas ocasiones que su país "no será el primero en incumplir'' el conocido formalmente como JCPOA, pero ha exigido reciprocidad al resto de firmantes.


En este sentido, el negociador nuclear y viceministro iraní, Mayid Tajte Ravanchí, advirtió que "en términos prácticos'' no se puede renegociar el acuerdo porque "nunca se cerrará esta caja de Pandora de nuevo''.


"Si EEUU se retira del JCPOA e Irán siente que no obtiene beneficios, no esperaremos ni un segundo (para abandonarlo) y volveremos fácilmente a nuestro programa atómico'', apostilló Ravanchí.


Washington busca a toda costa frenar la influencia regional de Irán y sus programas armamentísticos, pero las autoridades persas también han dejado claro que no existe negociación posible sobre sus  sistemas de misiles balísticos.


Estos sistemas -afirman- tienen un carácter únicamente defensivo y no representan una amenaza para otros países, aunque altos cargos militares han advertido que los misiles pueden alcanzar las bases militares de EEUU.


EEUU y Europa han expresado su preocupación por la pruebas con misiles balísticos de Teherán, y Washington ha impuesto varias tandas de sanciones contra entidades e individuos iraníes 

vinculados con este programa militar.


Irán ha respaldado a los gobiernos de Bagdad y Damasco en su lucha contra el terrorismo con asesores militares y con milicianos chiíes sobre el terreno, una influencia regional especialmente 
temida por Israel y Arabia Saudí.


En noviembre, Irán dio por derrotado al grupo yihadista Estado Islámico (EI): "Podemos decir que este mal ha sido eliminado o reducido (...) Sus bases han sido desmanteladas'', aseguró Rohaní.


El mandatario ha mantenido su discurso moderado y su política de entablar relaciones constructivas con todo el mundo, incluso con Arabia Saudí, aunque este acercamiento está lejos de  producirse.