Existen 64.000 hectáreas expropiadas por el Estado Provincial en la intersección de la ruta 150, corredor bioceánico, y el río Bermejo en el departamento Jáchal. Es la expropiación más grande en la historia de San Juan. Son hectáreas que permanecen ociosas, no están en la agenda activa de la opinión pública, ni hay actores estatales que junto a la comunidad de Jáchal y todo San Juan, debatan un plan de desarrollo territorial con visión estratégica que avance en incorporar a la superficie útil productiva existente en la provincia.


La idea que inspiró esta expropiación fue correcta y habla de un cimiento territorial que la provincia no debe desaprovechar, es decir, hay que ampliar San Juan con una voluntad participada de autoafirmación, contra las eventuales tendencias de construcción o la indolencia para con nuestra tierra. El fin deseado es el de poner esa vasta extensión al servicio del desarrollo y el crecimiento de este arsenal de recursos básicos, suministrados por la tierra publica existente, el agua y la energía disponibles en la zona señalada.


Hay un manifiesto del Concejo Deliberante de Jáchal años 2011-2015, que declaró de interés departamental esas tierras y determinó que se debe dar participación a las comunidades del Norte de la provincia a los fines de discutir cómo se va a distribuir esa tierra de un valor estratégico-económico fundamental.


Esas 64.000 hectáreas representan más del 50% del total cultivable en la provincia, y es el 200% de la superficie de Jáchal, Iglesia y Valle Fértil. Por supuesto que habrá que ver cuánto es la superficie que se podrá efectivamente cultivar en función de la calidad y la cantidad del recurso hídrico disponible y los estudios de factibilidad que hicieron el INTA, Aguas Subterráneas, INA y otros organismos nacionales y provinciales.


En tiempos en que hace falta mover los recursos con fines sostenibles y sustentables, hay que trabajar en alternativas que conduzcan a una matriz diversificada, y no basada en un monosector que desequilibra la armonía y el sentido de la equidad del aparato productivo.


Imaginemos el tridente del potencial del iterland de las márgenes del Bermejo, con la ruta 150 cruzándolo a unos poco metros, entre el componente agrícola-ganadero, el de la in pectore urbanidad que demandará ese enclave productivo y finalmente el componente turístico en cuanto a que está a pocos menos de 30 kilómetros, prácticamente lindante con el Valle de la Luna. Todo forma un crisol fecundo de posibilidades de un desarrollo potencial formidable.


Esa enorme capacidad disponible hay que despertarla en términos de opinión pública, de continuidad de los estudios técnicos, de conciencia ciudadana, de involucramiento de las comunidades del norte de San Juan. En fin, de aquellos recursos que hay que asignar en los presupuestos públicos, para incluir socialmente a nuestros jóvenes permitiendo el acceso a instrumentos de trabajo para ser artífices del destino común y nunca instrumento de la ambición de nadie.



 

Dr. Mario Alfredo Luna  y Fabián Nuñez   -  Ex funcionarios del Concejo Deliberante de Jáchal.