El curso económico es pro-cíclico, esto significa que desde un punto inicial de reposo de la actividad en general, a continuación sobreviene una fase de creciente agitación, luego adviene la dinámica de la prosperidad y, a esta le sigue la etapa de la sobreproducción para desembocar en un lapso de crisis, y, finalmente esta situación de crisis, da lugar al estancamiento, con lo cual, se reinicia el ciclo nuevamente.


La caracterización del lapso económico como pro-cíclico es un punto de partida ofrecido por la teoría de la economía, la cual la asumimos como premisa valida a los efectos del desarrollo del tema de la relación entre la ganancia y el interés. A la hora de cruzar la teoría del ciclo económico y su efecto en el comportamiento de la relación entre la ganancia y el interés se observa que en la realidad de los países, dicho esquema, no se aferra con automaticidad a las fases conceptuadas.


Por caso, cuando la economía de un país transita desde la etapa inicial y se instala en la fase de prosperidad la fuente de ingresos genuinos que tiene prevalencia es el que proviene del lado de la ganancia empresaria. Es decir en esa fase la tasa de interés permanece en una proporción baja y sin centralidad alguna.


Luego cuando la economía avanza desde la relativa prosperidad hacia la sobreproducción, sea porque la oferta de bienes y servicios se acrecienta en razón de la mayor cantidad de unidades productivas, y/o porque aun concentrada la economía, dicha estructura perfecciona su capacidad de producción, el comportamiento de la ganancia se ralentiza, se recorta, o, se embota, y ello conduce a la crisis porque el stock de excedentes productivos se cercenan al no tener retorno por la vía de la realización de la mercancía engendrada en el mercado.


Entonces, frente a un escenario de crisis por evolución de la marcha de la economía hacia saldos excedentes, que no se absorben en el mercado, lo que ocurre es que el mercado naturalmente busca sustituir el nivel de ganancia decreciente, y, ante ello, no permanece inmóvil, sino que toma sin vacilar, decisiones de reemplazo proporcional de la ganancia menguante.


En esta coyuntura de constricción de la ganancia es cuando aparece un sustituto político-monetario, de sostenimiento de los niveles anteriores de ganancia que están dados por el aumento de la tasa de interés que paga el sistema monetario. Entonces cuando más aguda es la crisis y se aproxima al estancamiento es cuando la tasa de interés se vuelve exuberante tocando inclusive niveles de la denominada usura.


Mirando la realidad de la Argentina actual, se observa que el comportamiento de la ganancia reemplazada por la tasa de interés, que la teoría económica ubica ante cuadros de crisis y estancamiento, se cumple con ribetes de gran nitidez.


El capital en funciones se retrajo y el capital potencial inversor al encontrarse sin previsibilidad de retorno real de ganancias probables, directamente se dirigió a formar parte de los portafolios remunerados con tasas de interés apalancadas. La cuestión, en definitiva, es que este último atajo tampoco es el camino correcto porque no es sustentable como reemplazo de la ganancia natural del ciclo económico. En este sentido, hay noticias de los últimos tres meses del balance cambiario del BCRA, que confirman que los depósitos a plazo fijos con tasas por arriba del 40% ya se han vuelto inidóneos para atraer depósitos. Y esto no es un fenómeno de mera coyuntura, sino, que obedece a un efecto anómalo fruto de una tendencia económica de fondo que se profundiza como errática.

Por el Dr. Mario Luna y el Prof. Fabián Núñez
Profesionales de Jáchal.