Desde que Rusia inició su ofensiva contra Ucrania, hace ya seis meses, en más de una ocasión se ha vuelto a poner sobre la mesa de deliberaciones el tema de la posibilidad de que se utilicen armas nucleares para dirimir este conflicto que, en la opinión de algunos analistas, ya ha desencadenado la Tercera Guerra Mundial. 


Durante la época de la Guerra Fría -iniciada después de la Segunda Guerra y que abarcó desde 1947 a 1991- los dos grandes bloques, el Occidental (capitalista) y el Oriental (socialista), liderados por Estados Unidos y la Unión Soviética, respectivamente, mantuvieron una fuerte disputa que dio lugar a varios acontecimientos a nivel mundial, entre ellos la crisis de los misiles cubanos. En esos momentos se comenzaba a revelar el poderío nuclear de las grandes potencias, al tiempo en que en el mundo surgían los primeros movimientos internacionales por la paz y se realizaban las primeras manifestaciones contras las pruebas de armas nucleares y por el desarme nuclear. 


 CONTROL DE ARMAS  

El persistente temor a que en cualquier momento se desatara una guerra que implicara el uso de este tipo de armas llevó a que en la década del '70 las grandes potencias o países con poderío nuclear iniciaran una etapa de concesiones para la paz y la seguridad marcando el comienzo de un período de distensión en el que tuvo lugar el tratado de no proliferación de armas nucleares. Esto se mantuvo, en cierta forma, hasta la década del '80. Tras el comienzo de la guerra de Afganistán en 1979, la tensión fue en aumento entre EEUU y la URSS hasta que en la época de Gorbachov y la Perestroika (1987) el mandatario soviético puso fin a la participación de su país en Afganistán. Durante el gobierno anticomunista de Boris Yeltsin, la URSS enfrentó su disolución (1991) conformándose un nuevo orden mundial en el que Rusia había perdido su predominio. Se consideró en ese momento el fin de la Guerra Fría. 


 UNA POSIBILIDAD LATENTE 

Más allá de los tratados de no proliferación de armas nucleares y los publicitados controles de la existencia de estas armas, todo el mundo sabe que de desencadenarse en la actualidad un conflicto bélico de grandes proporciones, como el que ha iniciado Rusia con Ucrania, y al que se están sumando numerosas naciones del mundo, es muy probable que se llegue a la utilización de armas nucleares, de la misma forma que EEUU empleó la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki, con fines disuasivos. Muchos consideran que guerra nuclear y Tercera Guerra Mundial son sinónimos en la práctica, por eso el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania pone al mundo a las puertas de una temible catástrofe, como es una guerra nuclear, ya sea limitada o total. Algunos expertos señalan que una guerra nuclear a gran escala equivaldría a un evento ligado a la extinción del planeta. Aunque si esto no sucede habrá otras consecuencias no menos graves como hambrunas y enfermedades derivadas de la radiación. 


 OPOSICIÓN A LAS ARMAS 

El poder de las armas nucleares y las consecuencias que podría tener su utilización en un conflicto bélico viene motivando desde hace tiempo un movimiento pacifista contemporáneo que basa su oposición en los trabajos realizados por el Comité de Emergencia de los Científicos Atómicos, compuesto por destacadas personalidades del ámbito científico que han intervenido en el desarrollo de esta energía. 


El enorme poder de las armas nucleares han hecho que se concretaran numerosos tratados y negociaciones internacionales para evitar su uso, sin que se haya alcanzado hasta ahora una política de desarme nuclear por parte de los países que poseen este armamento (ver infografía). De todas formas los países poseedores de estas armas son objeto de regímenes de vigilancia, protección e inspecciones especiales, que hacen posible conocer el número aproximado de armas. 


La ONU (Organización de las Naciones Unidas) asegura que en el mundo hay actualmente 13.400 armas nucleares. Corea del Norte es el último país que habría desarrollado este recurso en un proceso que le llevó varios años y que terminó recientemente con la declaración de ser un "Estado con armas nucleares", tal como lo anunció el líder coreano Kim Jong Un. 


La situación de Irán respecto a las armas nucleares y de destrucción masiva lo colocan entre los países en los que los organismos de control de proliferación de este armamento no encontraron nada, pero se sospecha que las poseen.


> Experiencia nuclear 
El bombardeo estratégico de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki por parte de Estados Unidos, dentro de la Segunda Guerra Mundial, es hasta ahora la única experiencia de ataque, comprobable, con armas nucleares en la historia. Este ataque de carácter unilateral provocó alrededor de 200.000 muertos y un número mayor de heridos y afectados, en su mayoría civiles. 

> Consecuencias 
Bajo un escenario de guerra nuclear las toneladas de hollín y aerosoles que se inyectarían a las capas altas de la atmósfera bloquearían la radiación solar. Como consecuencia, la temperatura global disminuiría 1,8º. 



 

  • Arma del Apocalipsis

 

La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) alertó a sus países miembros por la movilización del submarino ruso "K-329 Belgorod", portador del "Arma del Apocalipsis", como se ha dado en llamar al supertorpedo "Poseidón" que es transportado por el submarino, y que es capaz de desplazarse hasta 10.000 kilómetros bajo el agua y luego hacer una explosión cerca de la costa causando un tsunami radiactivo. El Belgorod mide 184 metros de largo y desplaza 30.000 toneladas. 


Este torpedo nuclear fue presentado en 2018 por Rusia como la vía para garantizar la supremacía militar rusa. Estados Unidos ha activado la red de satélites para hacer el seguimiento de torpedos que aprovecha el gran calor que desprenden los proyectiles cuando se activan. Pero no son capaces de detectarlos bajo el mar. "Es un tipo de arma completamente nuevo que obligará a las marinas occidentales a cambiar su planificación y a desarrollar nuevas contramedidas", según recoge el diario italiano "La Reppubblica".

Por Alfredo Correa 
DIARIO DE CUYO