Hay realidades que son tristemente incontrastables, por ejemplo, que los precios acumulen subas a niveles que deprimen gravemente el consumo del pueblo, y que, entonces aparezcan tres proyectos de ley de góndolas, o, que se decida hacer un ensayo de "controlar'' precios que, más bien, parece en verdad un "pacto de caballeros'', tal como lo ha calificado la máxima autoridad del país.


Si el arquetipo de este nuevo ciclo anti populista era liberar las variables macroeconómicas, más de allá de los modos puros o impuros que en la praxis implicaba el desarrollo de ese ideal buscado, ahora, que el efecto de la suelta de variables, devuelve una realidad dura, era también lógico haber previsto esta situación y no dejar que los hechos proliferen todo su negativo efecto predecible hasta instituir estas circunstancias actuales de tierra asolada de la retracción del consumo masivo, que produce el alza de los precios.


Con los precios en modo avión surge una presurosa actividad legislativa y administrativa que trasciende los despachos oficiales y llega a las pantallas de la atención social, transmitiendo quiérase o no, la impresión de que el poder público competente, se está ocupando de las cosas urgentes que, sin embargo, son ya hace rato una contundente realidad negativa.

"Cuando los precios van por el elevador y los salarios por la escalinata, el resultado es previsiblemente esperable.''

Dice la biblioteca de los manuales políticos y de enseñanza de la experticia de gobierno, cualquiera sea la orientación ideológica, que la política por excelencia consiste en la tarea de prever las consecuencias de los actos y los hechos sociales, para obrar con el máximo grado de anticipación preventivo y por lo que no se pudo encasillar en esa previsión, actuar, en fin, con premura curativamente.


Pero la regla debe ser siempre la previsión, y la excepción sólo debe dejarse para lo imprevisto, o, aquello que habiéndose previsto, sin embargo, por alguna fuerza mayor, no se pudo contener que ocurriera en definitiva.


Esta situación descripta pone en crisis el deber de la política de no correr detrás de los hechos consumados evitables, sino, para, de ese modo ser preventivo de lo cruel de los efectos centrales y colaterales de las dinámicas de la emancipación del mercado.


Pero en materia de precios tampoco era que el mercado tenía que mostrar cómo se comportaría cuando era lógica saber cómo lo haría en definitiva, sino, que lo reprochable pasa antes que nada por el mismo estado, que es quien debió haber previsto las malas consecuencias de sus propios actos.


La curación que puede generar un remedio no sólo depende de que sea bueno según sus propiedades intrínsecas, sino, que también, y, básicamente depende del tiempo en que se lo aplica según el estado del organismo, en este caso, el cuerpo social del país. Ahora vemos una danza de remedios contra la crisis de los precios, no se sabe si resultará, pero, si se sabe, que llegan habiendo ya transcurrido prácticamente un mandato completo de gobierno, en el cual lo primero que se hizo fue librar los dispositivos, respecto de los cuales, era forzoso esperar lo que en definitiva se hizo realidad.


Hay mucha experiencia histórica acumulada en este país, como para haber incurrido nueva y lamentablemente, en una ignorancia difícil de excusar, a saber, de que cuando los precios van por el elevador y los salarios por la escalinata, el resultado es absoluta y previsiblemente esperable.

Por el Dr. Mario Luna y el prof. Fabián Núñez
Profesionales jachalleros.