Hasta el próximo 17 de junio se expondrá en Madrid testimonios del Holocausto en la muestra denominada “Auschwitz. No hace mucho. No muy lejos”.
La exposición se realiza en el Centro de Exposiciones Arte Canal, de la capital española.
Desde 1940 hasta 1945, Auschwitz, en Polonia, fue el principal campo de concentración, trabajos forzados y exterminio del régimen nazi de Hitler, que fue liberado por los soviéticos el 27 de enero de 1945.

En la exposición presentan toda la crudeza del Holocausto, concentrados en seiscientos objetos auténticos. Son seiscientos objetos testigos silenciosos de un tiempo de horror. Son seiscientos objetos que testimonian el relato de la crueldad. Se puede observar una alambrada, un uniforme a rayas, zapatos, un barracón, maletas, anteojos.
La mayoría de esos elementos provienen del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau. Acompañan la exposición material fotográfico y audiovisual para mostrar la atroz realidad de ese oscuro período de la historia de la humanidad.
Se muestra una lata de gas Zyklon B, con que mataban a los prisioneros en las supuestas duchas en ese campo de exterminio. El gas en base a cianuro, se vertía en tuberías perforadas una vez que las víctimas eran encerradas y morían con cruel agonía.
Se presenta material quirúrgico que usaba Menguele para sus experimentos con seres humanos, especialmente con mellizos. Josef Menguele llegó a límites inimaginable de crueldad con cirugías sin anestesia en sus experimentos de remoción de órganos, castraciones y amputaciones.
Son seiscientos elementos testimoniales de lo ocurrido en el siglo XX, en pleno corazón de Europa, donde asesinaron a un millón cien mil personas, mayoría judíos.
Es una exposición itinerante sobre Auschwitz para mostrar al mundo los crímenes de la Alemania nazi. Muestra los límites de la barbarie humana. Muestra la realidad del mayor campo de concentración y exterminio nazi alemán.
En hebreo se hace referencia al Holocausto con la palabra Shoah, que significa “catástrofe tal que no puede haber mayor”.
A la entrada de la exposición se puede observar un vagón de tren, en el que transportaban prisioneros parados durante dos o tres días de viaje hacia Auschwitz.
Me parece oportuno recordar los versos de Katzenelson en su “Canto del pueblo judío asesinado”: “Vagones vacíos ustedes estaban llenos/ y de nuevo vacíos./ ¿Dónde fueron a deshacerse de los judíos?/ ¿Qué les pasó? Cuénteme vagones, vagones vacíos ¿a dónde fueron?/ ¿Cómo pueden soportarlo aunque sean de hierro y madera?/ Ustedes vieron/ Vagones, hablen…/ Mientras yo lloro,/ hagan hablar sus ruedas”.
La exposición sobre Auschwitz, uno de los capítulos más oscuros de la historia de la humanidad, se presentará posteriormente en otras ciudades europeas y de Estados Unidos.
