Gabriela Mistral recibiendo el Premio Nobel de Literatura en 1945. Su vida estuvo entregada a la poesía, el feminismo y el amor hacia su país, Chile, del que ejercio como cónsul en Nueva York, Estados Unidos. 


Gabriela Mistral fue una de las poetas más notables de la literatura chilena e hispanoamericana. Se le considera una de las principales referentes de la poesía femenina universal y por su obra obtuvo en 1945 el primer Premio Nobel de Literatura para un autor latinoamericano.


En este mes se recuerda la fecha de nacimiento que fue el 7 de abril de 1889 en Vicuña, ciudad norteña situada en el cálido Valle del Elqui, "entre treinta cerros" como ella misma gustaba de recordar. Fue bautizada como Lucila de María Godoy Alcayaga, según consta en los registros parroquiales de su ciudad natal. Su familia era de origen modesto. Sus padres fueron un profesor, Juan Jerónimo Godoy Villanueva, y una modista, Petronila Alcayaga Rojas.

Gabriela Mistral se dedicó a la enseñanza, promoviendo un pensamiento pedagógico centrado en el desarrollo y la protección de los niños. 

INFLUENCIA DETERMINANTE

La influencia de su hermana resultó determinante en su decisión de dedicarse a la enseñanza, promoviendo un pensamiento pedagógico centrado en el desarrollo y la protección de los niños. Su carrera docente fue sumamente precoz. Empinando los 15 años de edad, en 1904, ya había sido nombrada ayudante en la Escuela de La Compañía Baja, y en 1908 se desempeñó como, maestra en la localidad de La Cantera. Su ingreso a la Escuela Normal de Preceptoras de La Serena se vio frustrado debido a la resistencia que despertaron algunos poemas suyos en círculos conservadores locales, que los calificaron como "paganos" y "socialistas".


En junio de 1922 viajó a México invitada por el ministro de Educación mexicano, el poeta José Vasconcelos, con el fin de colaborar en la reforma educacional y la creación de bibliotecas populares en ese país. Fue también en este año que apareció en New York "Desolación". A partir de esta publicación, Gabriela Mistral adquirió reconocimiento y prestigio internacional, siendo considerada como una de las mayores promesas de la literatura latinoamericana. También marca el inicio de una serie de publicaciones de la poetisa nacional en tierras extranjeras. En México se edita "Lecturas para Mujeres" en 1923 y un año más tarde en España se publica "Ternura".


LA CARRERA CONSULAR

Durante la década de 1930, Gabriela Mistral dictó numerosas conferencias y clases en Estados Unidos, Centro América y Europa. En 1932 inició su carrera consular en Génova, Italia, pero que finalmente no logró ejercer al declararse abiertamente en oposición al fascismo. Hacia 1938 retornó a América latina coronando este regreso con la publicación de "Tala", libro editado en Buenos Aires a instancia de su amiga Victoria Ocampo. Posteriormente regresó a Estados Unidos con el respaldo de la Unión Panamericana.


A finales de la década de 1930 círculos literarios de distintos países comenzaron a promover a Gabriela Mistral para el Premio Nobel de Literatura. El presidente Pedro Aguirre Cerda y la escritora ecuatoriana Adelaida Velasco Galdós se mostraron interesados en respaldar su candidatura a través de la traducción de sus obras.


EL PREMIO NOBEL

En 1945 la Academia Sueca galardonó finalmente a Gabriela Mistral con el Premio Nobel de Literatura, premio que recibió el 10 de diciembre de aquel año. Años después de este reconocimiento de carácter universal, en Chile se le otorgó el Premio Nacional de Literatura en 1951. Galardón que viene coronado a nivel nacional en 1954 con "Lagar", que corresponde al primer libro de toda su producción publicado en Chile antes que en el extranjero.


El 10 de enero de 1957, luego de padecer y luchar largamente con un cáncer de páncreas, Gabriela Mistral falleció en el Hospital de Hemsptead, en Nueva York. De manera póstuma aparecieron libros que reunieron parte de sus prosas, rondas, cantos, oraciones y poemas, como Motivos de San Francisco en 1965, Poema de Chile en 1967 y Lagar II, entre otros.


El Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional de Chile conserva actualmente el más importante fondo documental dedicado a su legado, compuesto por 563 piezas, que incluyen manuscritos, epistolarios, fotografías y otros documentos privados.

Por Raúl Edmundo Bustamante F.
Presidente de Instituto Cultural Argentino Chileno ICACHI