Una de las estatuas del rey belga, objeto de vandalismo.


Tres semanas atrás una estatua de Leopoldo II ha caído bajo el fuego por parte de manifestantes anti-racistas en la ciudad belga de Anversa. Ningún gesto de vandalismo puede asociarse a lo correcto, sin duda. Pero veamos el contexto.


El rey Felipe de Bélgica -hoy atractiva y pujante- reconoció el pasado martes 30 de junio por primera vez en la historia, la "violencia y crueldad'' ejercidas en el Congo bajo el reinado de Leopoldo II (1835-1909), en una carta enviada al primer ministro de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, por el 60¦ aniversario de la independencia de la ex colonia belga. La figura de Leopoldo II está en el centro del debate sobre el racismo, abierto tras la ola de protestas por la muerte del estadounidense George Floyd, por ser el principal responsable de tantas atrocidades cometidas a finales del siglo XIX contra los congoleños.


Felipe expresa su "profundo arrepentimiento'' por las "heridas y humillación'' que el colonialismo de su antepasado Leopoldo II causó en el Congo. "Quiero expresar mi más profundo arrepentimiento por las heridas del pasado cuyo dolor revive hoy por la discriminación aún demasiado presente en nuestras sociedades'', escribió el monarca en la misiva, en la que evita nombrar expresamente a Leopoldo II.


Concluye su mensaje de descontento afirmando que seguirá luchando contra todas las formas de racismo y anima al Parlamento belga a avanzar en la "reflexión'' sobre la época colonialista para que "nuestra memoria quede definitivamente en paz''.


Aunque el rey de los belgas evitó una declaración pública de perdón, al optar por trasladar este gesto por carta, la primera ministra de Bélgica, Sophie Wilmès, sí compareció ante las cámaras para, en una ceremonia conmemorativa en Bruselas por la independencia del país africano, pedir que Bélgica inicie el camino "de la búsqueda, la verdad y la memoria'' para observar con lucidez el pasado de "desigualdad y violencia'' contra los congoleños.


El mensaje del monarca se produce después de los ataques sufridos por las estatuas de Leopoldo II. Está en marcha una iniciativa ciudadana para retirar estatuas y eliminar los nombres de calles y plazas que contengan referencias a la historia colonial y especialmente al rey Leopoldo II.


Durante la Conferencia de Berlín en 1885, el Congo fue declarado propiedad privada del rey Leopoldo II. Se convirtió en millonario a cuenta de la explotación de recursos naturales para lo que esclavizó a los congoleños en un ambiente de violencia, que dejó aproximadamente unos 10 millones de muertos, lo que se calcula en la mitad de la población. La Force Publique, ejército privado bajo el mando de Leopoldo, aterrorizaba a los indígenas para hacerlos trabajar como mano de obra barata, para la extracción de las riquezas naturales (caucho, metales, etc.). El régimen era inhumano por las extensas jornadas, por niños trabajando y por los castigos infligidos a quienes no eran lo suficientemente eficaces. Estos llegaban incluso a la pena capital.


El papa Francisco en Querida Amazonia nos llama a cultivar un Sueño Cultural: promover la Amazonia, poner al día la educación, sin crear nuevos colonialismos. Un tema pendiente. 

Por el Pbro. Dr. José Juan García
Vicerrector de la Universidad Católica de Cuyo