La exclusión social y el comportamiento que ella genera en las personas es responsabilidad de la sociedad que está fallando en sus políticas sociales. Como parte de la sociedad, en la que nos encontramos inmersos, somos responsables de las situaciones de las que actualmente nos hemos convertido en víctimas.
Los profesionales del campo de la psicología coinciden en que existen determinadas condiciones y factores dentro de los cuales una persona debe crecer, desarrollarse y lograr una evolución saludable.
Cuando una persona crece bajo condiciones favorables, logra desarrollar capacidades para amar, establecer relaciones vinculares estables y duraderas, capacidad de inserción social y rendimiento laboral, entre otros aspectos de la vida adulta.
Entre los factores se destacan:
El manejo personalizado: El niño necesita que exista un adulto, que tenga la capacidad de adaptarse a las necesidades que el tiene, según la etapa evolutiva que se encuentre. Por lo tanto, este adulto, necesita contar con una personalidad normalmente saludable para dar esa respuesta al bebé. Este papel lo desarrolla, generalmente, la madre, ya que el mundo interior del niño, en esta fase, es caótico y amenazante, y ella le devuelve una realidad tranquila, calmada y controlada, generando en el niño la sensación de seguridad y confianza.
La estabilidad ambiental: Se requiere un ambiente familiar que contenga cierto orden. En ésto influyen los otros miembros de la familia, y las condiciones externas al núcleo familiar. La situación laboral de los padres, el barrio, la sociedad, el país, pueden llegar a influir. El niño, si encuentra cierta estabilidad en el ambiente en el cual vive y convive, desarrollará la capacidad de anticiparse a los acontecimientos, de lo contrario, buscará protegerse del peligro quedándose en etapas tempranas, lo que no le permitirá evolucionar.
La continuidad en el manejo: La familia responsable del niño, debe tener la suficiente capacidad y habilidad de adaptarse y presentar respuestas a los constantes cambios que se manifiestan, según la etapa evolutiva en la que el niño se encuentre. Eso le permitirá sentir que está en un ambiente fuerte, "irrompible", flexible y capacitado para sostenerlo y contenerlo en cualquier situación que pueda presentarse en su vida.
Estas son las raíces básicas del proceso de socialización. la calidad de las experiencias vividas, el tipo de relación vincular, el ambiente en el que se desarrolló, marcan a fuego la modalidad de relacionarse de la persona, ya sea consigo mismo, como con el resto del mundo.
Si no se dan positivamente estas condiciones el niño buscarán en la sociedad, a personas que los amparen, los contengan y les brinden esa seguridad y estabilidad, de la cual, instintivamente seguirán buscando por el resto de sus vidas. La forma mas común de hacerlo, será a través de conductas que capten la atención de los demás, como son, el mal comportamiento en la escuela, los daños a si mismos, a sus cuerpos o elementos propios; los daños y atentados hacia otras personas o elementos sociales, como puede ser un teléfono público, un cartel o la cartera de una señora. Pronto, sin "palos tutores" en sus etapas básicas, caerán en situaciones en las que no hubieran esperado caer.
Buscaran entonces, el amor, y la contención en la sociedad, que generalmente, ignorante a estos procesos negativos y sus nefastas consecuencias, responderán con violencia, represión hacia ellos, marginación, exclusión social sistemática y lo que es peor, provocarán en la persona, la desilusión total y definitiva de que en ningún lado hay amor y cuidado para ellos.
Creo que debemos proponer un cambio de mentalidad, mayor conocimiento de la persona y de sus vivencias y ofrecer respuestas acordes, humanas, con amor y respeto hacia esas personas que crecieron en ambientes de constante "catástrofe".
Como sociedad debemos "hacernos cargo" de nuestras fallas, asumiendo cada uno, desde una perspectiva personal, este deber moral. Por su parte, el gobierno debe ofrecer programas integrales de rescate, restablecimiento, contención y reeducación de estas personas, en vez de excluirlos.
Estoy totalmente de acuerdo con que se quiera implementar en los sistemas procesales provinciales, una herramienta a través de la cual se pueda determinar si el menor ha entendido la criminalidad del acto, pero que exista como limite de edad imputable, la de 18 años, y no menos (porque según la Convención sobre los Derechos del Niño, de la cual Argentina forma parte, y que a partir de 1994, se le otorgó rango constitucional, es considerado "niño" la persona de 0 a 18 años.
Las épocas de represión, autoritarismo, y violencia deben quedar atrás, somos la generación que puede cambiar este hermoso mundo, aunque este hermoso mundo, comience por ser una persona, una familia o un determinado sector de un pueblo o una provincia.