La foto de arriba muestra Buenos Aires a principios del siglo XX, cuando Argentina era uno de los países más prósperos del mundo. La imagen inferior, en pleno siglo XXI, con villas levantadas en Capital Federal. En la actualidad, Argentina está entre los principales países con mayor miseria en el planeta.


"La política es el arte de lo posible'', esto es lo primero que se enseña en la ciencia política y con el transcurrir de los tiempos se dejó su interpretación al "libre albedrío'' de aquellos que se incorporan a la militancia política de un partido político. Se atribuía esa frase a Maquiavelo, pero la verdad es que no es el único que la pronunció y por lo menos se les atribuye a Winston Churchill, a Bismark y a Aristóteles, por lo que debo de pensar que fue este último, el primero que la debió de pronunciar. 


Ahora bien, ¿Qué es el arte de lo posible?, tal vez ese sea el secreto de dos interpretaciones que se aplican con mayor frecuencia en nuestra dirigencia política y que rige el destino de todos los argentinos. Evidentemente debemos concluir que esa "bella expresión de aplicación política'' para el desarrollo sostenido de nuestra sociedad eligió la peor interpretación que los políticos actuales y que desde mediados del siglo XX, comenzó a aplicarse en nuestro país. 

A principios del siglo XX los municipios tenían Concejos Deliberantes totalmente "ad honorem''. Es decir, un término que se usa para caracterizar cualquier actividad que se lleva a cabo sin percibir ninguna retribución económica. Literalmente, significa "por la honra, el prestigio o la satisfacción personal que la tarea brinda''.

HAGAMOS HISTORIA

Muchos historiadores coinciden en que el verdadero crecimiento de nuestra Nación comienza con el ascenso a la Presidencia de Domingo F. Sarmiento, el 12 de octubre de 1868, y eso se debe por el simple hecho de que esa fecha es el "puntapié inicial'' de la que se convertiría años más tarde en el país más instruido de todo Iberoamérica ya que a decir del "Gran Maestro'', "Es la educación primaria la que civiliza y desenvuelve la moral de los pueblos'', es esa civilización y moral lo que convirtieron grande a nuestra Nación y esos resultados ya se veían a partir del 1910, donde aquella persona que elegía la "militancia política'' como un vehículo de cambio social, la practicaba con probidad, honestidad, sinceridad y franqueza, donde ser electo Diputado Nacional o Senador Nacional no solo era un orgullo personal sino que también ese cargo se ostentaba como un verdadero "mandato divino'' y se lo honraba con los más altos valores que ese ciudadano pudiera tener, de ahí el termino "Honorable Congreso de La Nación'', en donde los municipios tenían Concejos Deliberantes totalmente "ad honorem''. Ad honorem es un término latino que se usa para caracterizar cualquier actividad que se lleva a cabo sin percibir ninguna retribución económica. Literalmente, significa "por la honra, el prestigio o la satisfacción personal que la tarea brinda''. Ejemplos de Presidentes, Vice Presidentes, Ministros, Legisladores, Gobernadores, Intendentes y funcionarios en general hay demasiados en nuestra historia como para nombrar, sin embargo en la década del 40 del siglo XX, parece que todo eso comenzó a cambiar.


ACTUALIDAD

Por supuesto, toda regla tiene sus excepciones, pero lo que hasta mediados del siglo XX fue algo común después de mediados de la década del 40 todo comenzó a cambiar. Los intereses generales comenzaron a cambiar por el interés propio, el alto nivel de instrucción para ocupar cargos públicos comenzó a decrecer, los cargos políticos que antes se ejercían gratuitamente comenzaron a ser "pagos'', en esencia los "sublimes valores morales'' que se necesitaban para ser parte del estado cambiaron. Hoy, en pleno siglo XXI, podemos decir sin equivocarnos, que nuestro país se convirtió en una Cleptocracia (del griego clepto, "robo'' y cracia, "poder'', o sea "el dominio de los ladrones'') es el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital, institucionalizando la corrupción y sus derivados como el nepotismo, el clientelismo político y/o el peculado, de forma que estas acciones delictivas quedan impunes debido a que todos los sectores del poder están corruptos, desde la justicia, funcionarios de la ley y todo el sistema político y económico.


CONCLUSIÓN

Debemos recuperar los "Valores perdidos'' y dejar de ser una sociedad donde "lo patológico se convirtió en normal y lo normal se transformó en patológico'', es por esto mismo que en el "arte de lo posible'', no se puede dialogar ni acordar con "cualquiera'', ya que las construcciones sociales se basan en diálogos entre pares, diálogos entre políticos honestos del partido político que sea y no diálogos entre políticos que verdaderamente quieren ser parte de un crecimiento social con aquellos que durante décadas fueron parte de la "Gran Decadencia Argentina''.


"Que ante el diálogo entre políticos, siempre se antepongan los principios y los altos valores morales''

Por Jorge Reinoso Rivera
Periodista - Historiador