Retrato del General William Miller, que luce condecorado con la Legión del Mérito de Chile en 1821 por su actuación en Maipú.


En esta segunda entrega vinculada a las conversaciones entorno a la histórica entrevista de Guayaquil del 26 y 27 de julio de 1822, hacemos mención a la carta enviada por el General José de San Martín a Don Guillermo (William) Miller (Bruselas, 19 de abril de 1827). En extracto la misiva expresa: 


"Me dice usted en la suya última lo siguiente: "Según algunas observaciones que he oído verter a cierto personaje él quería dar a entender que usted quería coronarse en el Perú y que éste fue el principal objeto de la entrevista de Guayaquil''.


"Si como no dudo (y esto porque me lo asegura el General Miller) el cierto personaje ha vertido estas insinuaciones, digo que lejos de ser un caballero, sólo merece el nombre de un insigne impostor y despreciable pillo (pudiendo asegurar a usted que si tales hubieran sido mis intenciones no era él quien me hubiera hecho cambiar mi proyecto).


En cuanto a mi viaje a Guayaquil él no tuvo otro objeto que el de reclamar al General Bolívar los auxilios que pudiera prestar para terminar la guerra del Perú: auxilios que una justa retribución (prescindiendo de los intereses generales de América) lo exigía por los que el Perú tan generosamente había prestado para libertar el territorio de Colombia.


Mi confianza en el buen resultado estaba tanto más fundada, cuando el ejército de Colombia después de la Batalla de Pichincha, se había aumentado con los prisioneros y contaba 9.600 bayonetas; pero mis esperanzas fueron burladas al ver que en mi primera conferencia con el Libertador me declaró que haciendo todos los esfuerzos posibles sólo podría desprenderse de tres batallones con la fuerza total de 1.700 plazas.


Estos auxilios no me parecieron suficientes para terminar la guerra, pues estaba convencido que el buen éxito de ella no podría esperarse sin la activa y eficaz cooperación de todas las fuerzas de Colombia: así es que mi resolución fue tomada en el acto creyendo de mi deber hacer el último sacrificio en beneficio del país''.

Carta de San Martín al mariscal Ramón Castilla, presidente del Perú

- Boulogne Sur Mer 11 de Septiembre de 1848. -

"He aquí, mi querido general, un corto análisis de mi vida pública seguida en América; yo hubiera tenido la más completa satisfacción habiéndole puesto fin con la terminación de la guerra de la independencia en el Perú, pero mi entrevista en Guayaquil con el general Bolívar me convenció (no obstante sus protestas) que el sólo obstáculo de su venida al Perú con el ejército de su mando, no era otro que la presencia del General San Martín, a pesar de la sinceridad con la que ofrecí ponerme bajo sus órdenes, con todas las fuerzas de que yo disponía.


Si algún servicio tiene que agradecerme la América, es el de mi retirada de Lima, paso que no sólo comprometía mi honor y reputación sino que me era tanto más sensible, cuanto que conocía que, con las fuerzas reunidas en Colombia, la guerra de la independencia hubiera sido terminada en todo el año 23. Pero este costoso sacrificio, y el no pequeño de tener que guardar silencio absoluto (tan necesario en aquellas circunstancias) de los motivos que me obligaron a dar ese paso, son esfuerzos que usted podrá calcular y que no está al alcance de todos poder el poder apreciar''. 

>> Vida heroica del primer biógrafo y amigo de José de San Martín

Cuando William Miller (Guillermo Miller) llegó a Buenos Aires en agosto de 1817 era un capitán de larga trayectoria a pesar de su corta edad. Había peleado junto a Wellington durante la campaña de España en la Batalla de la Victoria y el asalto de Bayona. En 1814 participó en el ataque a New Orleans durante el conflicto entre Inglaterra y Estados Unidos. Volvió a Europa justo a tiempo para combatir junto al Duque de Hierro en Waterloo. Terminadas las guerras napoleónicas el joven capitán, que por entonces tenía 20 años y había pasado los últimos 5 años de su vida peleando, decidió poner sus habilidades de artillero al servicio de la causa emancipadora.


Llegó a Buenos Aires en 1816 y fue destinado al Ejército de los Andes. En Chile asistió al desastre de Cancha Rayada donde, gracias a su sangre fría, logró salvar las piezas de artillería asignadas. Su abnegación le ganó el puesto de Edecán del Libertador.


En Pisco y Valdivia recibió 6 heridas de bala al dirigir personalmente sus hombres al ataque. Su coraje indómito llamó la atención del General José de San Martín, quien lo ascendió y lo señaló como segundo al mando del Regimiento 8 de infantería.


Hombre de mar y tierra, jefe de caballería, infantería y artillería, su versatilidad guerrera fue de gran utilidad a la causa americana. Premiado con la Legión al Mérito de Chile y la Orden del Sol en Perú, Miller continuó prestando servicios en la legión peruana durante las guerras de independencia. Fue nombrado General y con ese grado participó en las batallas de Junín y Ayacucho, dónde se selló la libertad americana.

Por Dr. Miguel Ángel Licciardi
Presidente de la Asociación Cultural Sanmartiniana de San Juan
Miembro de Número de la Academia del INS 
Fuentes: Lafond de Lurcy, Gabriel "Voyages Autour du Monde et Naufrages Célebres''. París 1843-44, tomo II, págs. 138-141.- Reproducida también por Alberdi, Juan Bautista, Sarmiento Domingo Faustino, Paz Soldán Mariano, Descalzo Bartolomé y en Anales de la Academia del Instituto Nacional Sanmartiniano. centrodeinformes.com.ar).