El dique Los Cauquenes en Jáchal, que en la actualidad, también sufre las consecuencias de la crisis hídrica y el cambio climático.

Es masiva la literatura que habla del cambio climático a nivel universal, algo que es manifiesto y justificado. El origen de esta situación se inscribe en la definición general del cambio climático que afecta a todas la regiones del mundo y se caracteriza como "el aumento de la temperatura media del ambiente producida por la actividad directa o indirecta de los seres humanos'' según los especialistas, por lo que la causa es antrópica y es responsabilidad humana. Así, el cambio climático como problema fundamental se lo enfoca bajo el tamiz de plantearse metas de remediación de cara al futuro bajando gradualmente la emisión de gases de efecto invernadero. La humanidad lleva esta tarea de modo insuficiente, pues los logros son exiguos para acortar la vigencia del ciclo contaminado del cambio climático.

El cambio climático en San Juan

Los datos del Estado y la UNSJ, brindan una sucesión de realidades matemáticas contundentes sobre el déficit hídrico inscrito en un ciclo largo y anormal mirando el promedio histórico, de modo que no es solo un punto fuera de una serie constante. Esas realidades aritméticas indican, por ejemplo, que se necesitan 1400 hm3 en el ciclo 2020/2021, y están faltando 717 hm3. Ya que en los diques, descontado el mínimo operativo (231 hm3), hay solo disponibles 43 hm3, que sumados a los 640 hm3 de derrame del río, se llega a la disposición real y efectiva de 726 hm3. A su vez el módulo por m3/s del río, ha bajado el 65 % (de 62 a 20 m3/s) (nota de Diario de Cuyo de 03-04- 2021).

La crisis hídrica

En San Juan el cambio climático presupone mucho más que una declaración hídrica típica asimilable al pasado, ya que afecta y transforma las condiciones básicas de la meteorología en tanto altera en el largo plazo el régimen hídrico de precipitación nívea de la provincia. Esto significa que la vida sostenible en la provincia depende de la suficiente provisión de agua de deshielo y no de lluvias, que se derrama a las cuencas del Río San Juan y del Río Jáchal. Estas cuencas madres se forman a partir de las "fábricas'' de agua dulce que son los glaciares. El punto es que esas "fábricas'' han entrado en retroceso neto fruto de un proceso meteorológico de lustros. Los glaciares no sólo proveen el derrame de agua que sostiene el caudal de los ríos, sino, que como reservas que son, cubren las carencias en las épocas secas y a la vez abastecen la cuenca subterránea y los diques. O sea, que todo depende de la precipitación nívea acumulada en cuerpos cristalizados en alta cordillera. Por ello cuando hay sequía, como en los años 69/70 se recurrió a mitigar el déficit con batería de pozos para inyectar esos caudales a la red de riego en los canales matrices, Benavídez, Zonda, y alcanzó con ello. Pero esta sequía ligada al cambio climático es tan severa que ya ha obligado a gastarse casi toda la reserva de los diques, tres de los cuales no existían en los años 69/70, y ha llevado a practicar una urgente tarea de perforaciones adicionales para encontrar agua subterránea para tratar de disminuir el nivel del déficit hídrico.

Adaptación y la contribución

Este ciclo seco al ser una manifestación del cambio climático planetario, obra como una causa mayor e irresistible que impone irremediablemente la tarea de la adaptación, ello significa que habrá que normalizar la emergencia. Es contundente al respecto el Mg. Silvio Pastore (Gabinete de Estudios de Geocriología, Nivología y Cambio Climático del Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNSJ) "...el recurso hielo o el agua en estado sólido será cada vez menor hasta que haya un proceso mundial de cambio de clima y entremos nuevamente en un proceso de glaciación, que ninguno de nosotros lo verá...'' (Sitio Web de la Facultad de Cs Exactas, Programa "Encuentros con la Ciencia y la Tecnología'', de los martes a las 18.30 por Radio Universidad). Dos tareas se trazan a San Juan, una es la de contribuir al programa mundial de reducción de gases de efecto invernadero, y, la otra, es la de adaptarse al estado actual del clima hasta que el cambio climático se revierta hacia los estándares promedio históricos de la precipitación nívea. La adaptación es urgente porque hay riesgo cierto de que no alcancen las ruedas de auxilio de los diques y de la cuenca subterránea para llegar airosos a un ciclo de precipitación níveo sostenido, si no se mitiga fuertemente y por largo tiempo. Cómo será esa adaptación en lo específico, no es tarea de definición de nadie aislado y en particular, sino, de toda la sociedad, sirviéndose del estado del avance del conocimiento científico que hay disponible y muy bueno en las organizaciones universitarias, Ministerios, Secretarías Estatales, las ONG/s, en relación interactiva con todos y cada uno de los sanjuaninos en unidad de compromiso.

Por Dr. Mario Alfredo Luna 
Abogado, exsecretario de Gobierno en Jáchal, exconcejal, Pte Concejo Deliberante de Jáchal.
Fabián Alberto Núñez
Profesor Enseñanza Primaria, Pro-secretario Escuela de Comercio Eusebio Dojorti (secundaria), exasesor Concejo Deliberante Jáchal, exagente Prensa Municipalidad de Jáchal, exdelegado de Areas de Fronteras del Gobierno Provincial, exdelegado Patrimonio Cultural en Jáchal.