Referente a un "clip" de un panadero que circuló en la red, vinculado a la actual campaña electoral, me surgió la necesidad de educar al soberano.


Este panadero le habla a Cristina Kirchner diciendo que estaba mejor cuando ella gobernaba. Le pide que vuelva. Le dice que la harina, el gas, los impuestos...todo está más caro y que el dejó de crecer.


Lo que este panadero no logra entender es: 1- Que el país es de todos y no sólo de él. 2- Que él creció en la pobreza de su país. 3- Que su crecimiento no fue y no sería sustentable en el tiempo.


El concepto a entender es el siguiente: La harina estaba más barata porque el productor de trigo se fundía, no le alcanzaba para volver a producir, pagar retenciones e impuestos y sostenerse. Pero todos compramos pan barato y el productor de trigo dejó de producir.


Luego como no había harina argentina, se importó de Uruguay y Brasil a precio dólar real, mucho más caro que el dólar oficial manejado por el Estado.


El Estado argentino subió la harina, empobreciendo la caja de nuestra patria (sacando dinero de otros fondos; Salud, Prevención, Educación, Vías de comunicación, Energía, etc.)


Este panadero cocinaba el pan y ganaba dinero. Cocinaba, sí con gas que estaba tan barato que dejábamos estufas prendidas. Pero el precio que se pagaba por el gas no alcanzaba para reponer la exploración y el mantenimiento de cada m3 de gas. Cuando este combustible se acabó, el Estado lo comenzó a importar a valores de dólar real, mucho más caro que el dólar oficial. Así el pueblo, es decir nosotros, teníamos gas barato, pero matando toda la cadena productiva del gas y empobreciendo a nuestra patria.


El panadero crecía con la pobreza de otros argentinos y con el patrimonio del pueblo.


El panadero le ponía grasa a su pan, la que también era barata, al igual que la carne y sus derivados. Pero esto perjudicaba directamente al productor de carne, que dejó de criar vacas. Cuando nos cominos las vacas que además daban la leche de los tambos, tuvimos que salir a importarlas desde Uruguay y Brasil.


Y ahora qué?


Para volver a tener lo nuestro y hacer que la harina, el gas y la grasa sean argentinas, para que no se gaste la caja del país, hay que sincerarse y poner el precio justo a las cosas.


La fiesta de destruir lo nuestro terminó. Ahora debemos reconstruir. El Poder Ejecutivo debe cuidar nuestro patrimonio, nuestro aparato económico productivo y sus habitantes.

Jorge Bastias, escritor.
DNI 13143134