Tanto en las ciudades como en las zonas rurales los turistas merecen garantías de seguridad.



Hace un tiempo escribí un artículo sobre la inseguridad de un destino turístico, como el lado oscuro del Turismo. Y lamentablemente no me equivoqué.


Argentina con un dólar súper atractivo para los visitantes extranjeros, vuelve a tener una nueva oportunidad de crecer en flujos turísticos internacionales, al transformarse en un país barato para el turismo receptivo. Pero están dadas las condiciones?


Años atrás nos preocupaba la falta de buenos servicios para un turista demandante de 4 y 5 estrellas y buena gastronomía. Decíamos: Explotemos el Turismo no al Turista.


Ha corrido mucha agua bajo el puente. Argentina creció en infraestructura de alojamientos y exquisita gastronomía, en recursos humanos capacitados, pero descuidó ese "lado oscuro'': la inseguridad.


Hoy Buenos Aires, una bella ciudad, una de las más impactantes de América del Sur, con una riqueza cultural de excelencia, adolece de una buena seguridad para el turista. Los más tristes ejemplos están frescos en la memoria de los argentinos, visitantes que casi perdieron su vida por robos y asaltos fuertes, que gracias a la excelencia de nuestros médicos argentinos, hoy viven.


El gobierno de la ciudad de Buenos Aires acaba de anunciar la creación de un Corredor Turístico Seguro, a fin de que el visitante pueda disfrutar de la ciudad y no perder su vida en el intento. Hace unos días, vecinos de calle Esmeralda conectada con Puerto Madero, formaron una asociación para trabajar junto al gobierno de la ciudad, en la protección y disfrute seguro de los visitantes. Esta zona posee excelentes servicios gastronómicos, restos y hasta uno de los restaurantes que figura entre los quince mejores del mundo.


Se está trabajando en este tema de la seguridad, pero no alcanza. Hay que planificar y trabajar más este aspecto, ya que los diferentes gobiernos tanto provinciales como a nivel nacional, reaccionan lentamente a estos hechos, que en un principio eran aislados. Pero hoy el panorama es distinto, y ya la comunidad receptora comienza a participar junto al sector oficial, especialmente en los principales lugares turísticos de la ciudad de Buenos Aires. Los destinos turísticos del interior no están ajenos a esta problemática, pero aún pueden estar más tranquilos. Por ello deben trabajar este aspecto visceral para el turismo, "antes de y no después de''. Están a tiempo.


Con un mundo tan convulsionado, con terrorismo, huelgas feroces, cambios en las ideologías políticas, etc., mostrar al mundo que somos un destino seguro. Es un tema que debemos trabajarlo todos juntos, esto no es solo "cuestión de gobierno''.


Ojalá lo logremos.

Por Susana Navarro
Licenciada en Turismo