El valor de la amistad


La amistad es un vínculo interpersonal situado histórica y socioculturalmente, y como tal debe ser abordado. Los antiguos hacían un elogio de ella, emparentándola directamente con la felicidad. Siguiendo esa línea conceptual, si una relación se basa en la obtención de algún beneficio individual, no es amistad. Cuando esta es auténtica, se ubica en el terreno del desinterés, busca el bien del otro sin querer nada para sí y no se resume en un mero intercambio de favores. Aunque el apoyo mutuo es esperable, claro, pero no como objeto de canje. Lo cierto es que los lazos de amistad están atravesados por distintas categorías, siendo edad y género las de mayor incidencia, pues continúan hoy evidenciando su influencia. Actualmente, la evolución en los hábitos de los jóvenes, incluidos los patrones de formación de asociaciones, de acceso a la educación, al empleo y a las actividades de ocio, ha dado lugar a una gama de opciones de convivencia integrada más diversa que la de generaciones anteriores. Estos esquemas cambiantes y genéricamente inclusivos de participación social, promueven nuevas amistades y vivencias relacionales.


¿Puede darse la amistad entre miembros de una misma familia?. En primer lugar, debemos echar luz sobre el concepto de amistad, como una unión entre pares que comparten intereses comunes. Como toda relación de intimidad, demanda cercanía, diálogo y confianza mutua, y necesita tiempo para desarrollarse y afianzarse. Los roles familiares, por su parte, son más densos y prevalecen a la condición de amigo o amiga, que deviene secundaria al nexo primordial. ¿Es deseable que un padre sea amigo de sus hijos? El rol de padre es tan abarcativo y rico que no necesita refuerzos extra. También involucra el querer el bien del otro, en este caso, del hijo, de modo total y absolutamente generoso. Esto sugiere que, si bien los roles paterno o materno pueden nutrirse de la amistad - entendida en sentido amplio -, en ningún caso se reducen a ella. Es que la dinámica propia de la vida familiar tiene un efecto modélico sobre las relaciones externas de sus miembros. Por eso padre y madre, sin buscarlo, desde el propio ejercicio parental, enseñan a sus hijos a ser amigos de sus amigos. A lo que se suma una acción formativa, paralela y consciente, orientada a la transmisión de valores como el respeto, la tolerancia, la flexibilidad, la paciencia, la sinceridad, la lealtad. Esto parece tener especial trascendencia en un escenario de vínculos que atentan contra la plenitud personal y abren paso a un mal creciente en nuestros días: la soledad. En todos los casos, la realización del ser humano está fuertemente ligada a sus relaciones interpersonales. De ahí que el aprendizaje de la amistad sea un camino necesario, que sintoniza con la dimensión social de la persona y opera como elemento de creatividad y cohesión en un mundo plagado de disociaciones.

Por Mariángeles Castro Sánchez
Familióloga. Especialista en Educación. Directora de la Licenciatura en Orientación Familiar de la Universidad Austral de la Universidad Austral

El festejo

El 20 de julio de 1969, el hombre pisó la Luna por primera vez. Ese día, el profesor de música, Enrique Ernesto Febbraro, de ciudad de La Plata, envió 1.000 cartas a personas en el mundo. Recibió 700 respuestas. De esta forma, quedó esta fecha como el "Día Internacional del Amigo''.

"Amiga''


En esta jornada tan especial deseo compartir con los lectores, mi poesía titulada "Amiga''.

Hoy, amiga, mi verso atardecido/
tiene la ternura acompasada/
de nuestro común sendero acrisolado./
La vida, como el mar, amiga, en perpetuo movimiento,/
con brisas y tormentas, trajo constante tu presencia.//
Mientras el almanaque fue deshojando/
como trémulo rosal los pétalos ajados de los días,/
compartimos juntas, este lazo fraterno que nos une.//
Desde el tenue vitral de la memoria, amiga,/
recuerdo nuestro sincronizado lenguaje de latidos/
libando el constante néctar del cariño.//
Evoco cada día, amiga mía. confidencias/
de gratos momentos atesorados en un cofre/
y el regalo invaluable de vivencias.//
Hoy, hijos y nietos nos iluminan el sendero.//
y el verso conmovido renueva la calidez esperanzada.//
Ven amiga, toma mi mano y sigamos juntas/
con el paso cansino, ya, el camino/
¡Acá estoy amiga mía y tú conmigo!



Por Fanny Escolar de Siere
Profesora en Letras