El comportamiento del vicepresidente Cobos al tratarse la resolución 125, en la lucha del Gobierno contra el campo, es considerado hasta ahora como una muestra de traición hacia el poder que, hasta ese momento, él también representaba.
Sin duda, la traición, según los estudiosos del comportamiento es una de las situaciones mas destructivas, ya que genera en el traicionado mucho dolor y un sentimiento de irreparabilidad.

No por casualidad, Dante Alighieri califica este delito de suma gravedad, sitiándolo en los últimos círculos del infierno.

Esta claro también, que el mas famoso traidor, de todos los tiempos es judas Iscariote, un símbolo claro de traición. Sin embargo, esta situación es puesta en crisis, cuando desde el 2006 (21 siglos después), se cuestiona la autenticidad del evangelio.

Una famosa traición griega es la de Eróstato, que quemó el templo de Afrodita. Tampoco nos podemos olvidar de la traición del griego Esfialtes, que traiciona el ejército de Esparta, cayendo este último en la batalla de Termópilos (ver el film 300).

Famosa es la traición a Julio César, ésta última agravada por el vínculo (fue traicionado por su hijo) acuñando la frase "Tu también hijo mío…”.

En este orden de ideas, sin duda alguna, la gravedad es doble cuando a la traición le agregamos, el vínculo de sangre, ejemplo claro de esto es la traición de Caín hacia Abel. Ambos representaban generaciones diferentes.

Las características de Caín, eran propias, y en su afán de Agradar a Dios, como gran generador del hecho, la envidia, mata a su hermano Abel, olvidando el amor fraternal, que debe existir entre hermanos.

Sin lugar a dudas, el principal motor generador de tan terrible traición, es su profunda envidia hacia su hermano, situación que terminó, como sabemos en la muerte de Abel.

En la actualidad, y de carácter relevante puede ser la traición del General Petain, en Francia durante la invasión Nazi, generando una división en la Nación.

Sin dudas, la traición, es uno de los hechos, que más irritan al Creador, tratándose como un hecho aborrecible, y que es de imposible perdón y olvido.