El Foro Económico Mundial para Latinoamérica, que se celebra la próxima semana en Sao Paulo,    buscará caminos que lleven al desarrollo de una "economía sostenible" en la región, que tiene previsto duplicar su ritmo de crecimiento este año hasta el 2%.


Tras crecer un 0,9 % en 2017, los países de América latina se alejan de la recesión pero están cercados por la retórica proteccionista de Estados Unidos y por una incertidumbre política a nivel mundial, incluida en la región, donde hay previstas elecciones en siete países.


No obstante, mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha insistido en una agenda de nacionalismo económico y proteccionismo comercial, las intenciones de integración en Latinoamérica se han revitalizado en los últimos meses, lo que aumenta el potencial de crecimiento.


Las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur para un acuerdo comercial siguen su lento camino, aunque las conversaciones se mantienen estancadas por diferencias en diversos ámbitos, pero sobre todo en el apartado agropecuario.


La última ronda de negociaciones se celebró a finales de febrero en Paraguay, que actualmente ejerce la Presidencia semestral del bloque suramericano, pero concluyó sin avances y con la promesa de celebrar nuevas reuniones en las próximas semanas. Los contactos también se han acelerado en la Alianza del Pacífico, integrada por Colombia, Chile, México y Perú, que esta semana acordaron avanzar en el acuerdo para permitir que Canadá, Singapur, Nueva Zelanda y Australia ingresen como "estados asociados".


En la búsqueda por la integración, algunos países de la región, como Brasil y México, las mayores economías de Latinoamérica, han instado a una "aproximación" entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico, después de que los cancilleres de ambos bloques acordaran el año pasado en el Foro Económico Mundial sobre América Latina de Buenos Aires una hoja de ruta para fortalecer el comercio interregional.


La agenda de la versión latinoamericana de Davos de este año, que se celebrará entre el 13 y 15 de marzo en la capital paulista, tendrá entre sus prioridades el análisis de los procesos que aseguren el "progreso económico para todos". Para ello será necesario examinar cómo las reformas estructurales y la inversión, junto con las mejoras industriales, la diversificación y el desarrollo del capital humano, pueden garantizar una mayor productividad.


Brasil, novena economía del mundo, se ha adentrado en el último año en la senda de dichas reformas estructurales, aunque ha dejado en el tintero el cambio de las reglas del sistema de pensiones y jubilaciones, un controvertido proyecto que Argentina consiguió llevar adelante entre fuertes protestas.


Por Alba Santandreu   Agencia EFE, San Pablo.