Promediando el corriente mes tuvo suceso en las principales bolsas de valores del mundo un fenómeno que preanuncia, en la visión especialista, una próxima recesión, en cuanto ocurrió que se registró una mayor paga de rendimientos por los bonos con fecha de vencimiento en el corto plazo respecto de los vencimientos que están programados en el largo plazo.


El dato desplomó los panales de cotizaciones de los activos en general, pero la causa radica en las bajas ocurridas en el segmento de los mercados de los bonos soberanos.


El dato no es menor porque la baja fue reflejo de un fenómeno gemelo producido en las vísperas de la crisis de las hipotecas sub prime en EEUU en el 2008 y que se propagara por todos los mercados mundiales especialmente los mercados dominantes del mundo capitalista.


En concreto los bonos a dos años pagan más riesgo que los bonos a diez años empezando por los bonos del Tesoro de EEUU. Y si esto ocurre con el principal bono soberano ello acarrea a todos los bonos de países que cotizan en los mercados de ese tipo de activos fijos de renta.


Lo sintomático de este epifenómeno de las cotizaciones en los mercados financieros mundiales, es que quien marca el tono y escala de las cotizaciones son los mercados donde cotiza la sostenibilidad de los estados que emiten instrumentos deuda pública.


Por qué ocurre este fenómeno y cual sería una de las interpretaciones de sentido posibles que se pueden trazar en aras de la dilucidación del quid estructural o piso profundo que explica los reflejos de realidad del mercado señalados? En primer lugar es sumamente preciso exponer, en el criterio de este artículo, que el modo sofisticado en que los estados intervienen en el mercado de la economía privada es la emisión de bonos. Esa emisión de bonos es hasta cierto límite normal y pertinente, porque permite al estado financiar el estado del balance del ente soberano. Pero el problema se planea cuando supera la raya del financiamiento ordinario, y en vez de tomar deuda para resolver cuestiones endógenas de la cuentas del estado soberano, dicho mecanismo se convierte en el motor determinante del mercado privado. 


En el caso que comentamos un mero cambio en la inversión de la curva de los tipos de los títulos públicos, esto es, que haya más pago en los bonos en corto plazo que en el largo plazo, y que por ese sólo síntoma, ya se esté previendo la posibilidad cierta de una recesión indica la influencia fundamental que tienen las cotizaciones ligadas a los valores de los activos que emiten los estados.


Dentro de un parámetro de normalidad el único fundamento que amerita como correcto esta relación de mercado privado con los bonos de los estados, es que se trate de bonos de países que reflejen un crecimiento positivo real de la economía. Pero hay que señalar que una gran cantidad de bono soberanos librados que no son sostenibles porque no son pagables con la tasa de crecimiento del PBI. Lo anormal en el libramiento de bonos es que se emitan y se reproduzcan a cambio de redenominarse en tasas más caras de re-financiamiento. En ese caso los bonos soberanos también pueden hacer depender de su curva de tipos a la economía general, pero es una dependencia tóxica porque no se basan en una absorción por crecimiento sino en mas y mayor endeudamiento. Como esta última situación es la que domina en los mercados es la que da una razón de plausibilidad a la hiper volatibilidad de los mercados.

Por el Dr. Mario Luna y el Prof. Fabián Núñez